La fractura de cadera en ancianos es una lesión de creciente importancia para el conjunto de la sociedad, tanto en términos económicos como sociales, que afecta directamente a las personas que la padecen y a sus estructuras de apoyo.
En España, la incidencia de la fractura se sitúa en siete casos por cada 1.000 habitantes mayores de 65 años, según la Sociedad Española de Medicina Interna. Además, en nuestro país el 91 % de las fracturas de cadera se presentan precisamente en esa edad, a partir de los 65 años.
Las previsiones indican que la incidencia continuará en aumento en los próximos años, especialmente en una población más aislada socialmente. Por sexos, se estima que un 50 % de mujeres y un 20 % de hombres mayores de 50 años sufrirán alguna fractura.
Así, resulta imprescindible conocer en profundidad esta patología, ya que está directamente asociada al envejecimiento. Por eso es tan importante tener presente qué factores de riesgo pueden provocar fractura de cadera, cuáles son sus principales síntomas y los consejos que podemos llevar a cabo ante una situación en nuestro entorno y, en definitiva, cómo podemos evitar las caídas en las personas mayores.
¿En qué consiste la fractura de cadera?
La fractura de cadera representa una de las patologías que produce mayor número de ingresos en el área de traumatología y ortopedia de los hospitales. Concretamente, se trata de una rotura del cuello del fémur, que es la parte más próxima a la cabeza de este hueso, que conforma la articulación de la cadera. El fémur es el hueso más largo del cuerpo humano.
La mayor parte de las lesiones en personas mayores se producen en estas zonas:
- Cabeza del fémur: el extremo superior redondeado del fémur que se aloja en una cavidad formada por el hueso de la cadera.
- Cuello del fémur: la parte estrecha del fémur, situada debajo de la cabeza del hueso.
- Región intertrocantérea: zona superior del fémur que se proyecta hacia afuera y que se encuentra un poco más debajo de la articulación de la cadera.
Por otra parte, las fracturas pueden diferenciarse entre fracturas expuestas, si el hueso fracturado rompe la piel, o fracturas simples, si el hueso está quebrado, pero la piel permanece intacta.
¿Cuáles son los factores de riesgo de fractura de cadera?
El riesgo de sufrir una fractura de cadera aumenta con la edad. Ello se debe a que los huesos tienden a debilitarse, en la mayoría de los casos a consecuencia de la osteoporosis. Además, el uso de varios medicamentos, la vista deficiente y los problemas de equilibrio también hacen que las personas mayores sean más propensas a caer, una de las causas más frecuentes de la fractura de cadera.
De este modo, las roturas de cadera en adultos mayores son más frecuentes debido a una serie de factores de riesgo presentes en la tercera edad, sobre todo, como pueden ser:
- Osteoporosis. Esta afección afecta al sistema óseo, causando que los huesos se debiliten y el riesgo de sufrir una fractura, tras un golpe o caída, aumente.
- Otras enfermedades crónicas. Además de la osteoporosis, hay afecciones comunes en la tercera edad que pueden provocar que los huesos se vuelvan más frágiles, por ejemplo, los trastornos endocrinos, como el hipertiroidismo. También, son un riesgo las enfermedades mentales, problemas de visión u otras afecciones que pueden desencadenar una caída.
- Hipoglucemia e hipotensión. Los mareos, la visión borrosa y la desorientación, que son síntomas de un nivel bajo de glucosa en la sangre y una presión arterial baja, pueden contribuir al riesgo de tener caídas.
- Ciertos medicamentos. Algunos tratamientos farmacológicos pueden tener efectos adversos en el debilitamiento de los huesos, mareos, desmayos u otros síntomas que aumentan la posibilidad de sufrir una caída.
- Trastornos alimenticios. La falta de apetito o hiporexia es un problema común en la tercera edad que puede llegar a provocar un déficit de nutrientes, entre ellos la vitamina D y el calcio, que son esenciales para la salud ósea.
- Sedentarismo. Tener unos huesos y músculos débiles por falta de ejercicio regular aumenta la probabilidad de sufrir caídas y fracturas para las personas mayores.
Asimismo, el hecho de habernos fracturado con anterioridad la cadera puede considerarse un factor de riesgo más para volver a lesionarnos tras un impacto en la misma zona.
Fracturas de cadera en ancianos: Tipos, tratamiento y recuperación
Las fracturas de cadera en ancianos son una preocupación creciente debido al envejecimiento de la población y la fragilidad ósea asociada a la edad. Comprender los diferentes tipos de fracturas y sus causas es crucial para prevenir esta lesión y asegurar una recuperación óptima.
Tipos de fracturas de cadera más comunes en ancianos
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Fractura del Cuello Femoral: Esta fractura ocurre en la parte superior del fémur, justo debajo de la cabeza femoral. Es más común en mujeres mayores con osteoporosis y suele ser causada por caídas de baja energía.
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Fractura Intertrocantérea: Esta fractura se produce entre el trocánter mayor y el trocánter menor del fémur. Es más frecuente en personas con huesos debilitados por la osteoporosis y puede ser causada por caídas o traumatismos directos.
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Fractura Subtrocantérea: Esta fractura ocurre debajo de los trocánteres, en la región subtrocantérea del fémur. Suele ser causada por caídas de alta energía o accidentes automovilísticos y es más común en personas mayores con huesos debilitados.
Tratamiento de la fractura de cadera en ancianos
El tratamiento de las fracturas de cadera suele requerir cirugía para reparar o reemplazar la articulación dañada. La rehabilitación es fundamental para recuperar la fuerza, la movilidad y la independencia después de la cirugía.
El tratamiento de una fractura de cadera depende del tipo de fractura, la edad del paciente y su estado de salud general. En la mayoría de los casos, se requiere cirugía para reparar o reemplazar la articulación dañada.
- Cirugía de Fijación: En fracturas menos graves, se pueden utilizar tornillos, placas o clavos para fijar los fragmentos óseos y permitir que sanen.
- Artroplastia de Cadera: En fracturas más complejas o en pacientes con osteoporosis severa, puede ser necesario reemplazar la articulación de la cadera con una prótesis artificial.
Recuperación de la fractura de cadera en Ancianos
La recuperación después de una cirugía de cadera es un proceso gradual que requiere paciencia y dedicación. La fisioterapia juega un papel crucial en la recuperación, ayudando a los pacientes a recuperar la fuerza, la movilidad y la independencia.
- Fisioterapia temprana: La fisioterapia comienza poco después de la cirugía y se enfoca en ejercicios suaves para mejorar la circulación, prevenir complicaciones y restaurar el rango de movimiento.
- Rehabilitación intensiva: A medida que el paciente se fortalece, la fisioterapia se intensifica con ejercicios de fortalecimiento muscular, entrenamiento del equilibrio y reeducación de la marcha.
- Adaptaciones en el hogar: Es importante adaptar el hogar para facilitar la movilidad y prevenir caídas. Esto puede incluir la instalación de barras de apoyo, la eliminación de alfombras y la reorganización de los muebles.
Síntomas de una fractura de cadera en ancianos
Además del fuerte dolor en la cadera o en la ingle, existen algunas señales que diferencian una fractura de otro tipo de lesiones. En este sentido, los principales signos y síntomas de una fractura de cadera son:
- Incapacidad para caminar o levantarse tras una caída grave.
- Presencia de hematomas e hinchazón de la zona de la cadera y alrededor de ella.
- Incapacidad para cargar peso sobre la pierna del lado de la cadera lesionada.
- Diferencias notables entre la pierna del lado de la presión y la otra.
En este último punto, hay que detallar que, cuando sufrimos una lesión de la cadera, la pierna del lado que ha recibido el impacto se ve más corta que la otra extremidad y, además, se encuentra girada hacia fuera en una posición poco común.
Consejos para prevenir una lesión de cadera
Apostar por una vida saludable es la mejor opción para aumentar nuestra masa ósea y reducir factores de riesgo como las caídas o ciertas enfermedades crónicas que pueden debilitar nuestro sistema esquelético. En este sentido, es importante tener en cuenta y compartir con toda la población una serie de consejos que nos ayudarán a saber cómo prevenir una lesión de cadera en la tercera edad:
- Alimentos ricos en vitamina D y calcio. Incluir alimentos como lácteos en general (leche, yogur), frutos secos y pescado azul en nuestra dieta puede ayudar a mantener los huesos fuertes y disminuir el riesgo de desarrollar osteoporosis.
- Ejercicio físico. Una rutina diaria de entrenamiento es esencial para fortalecer los huesos y mejorar el equilibrio, por ejemplo, mediante ejercicios de musculación o actividades como caminar a cierta velocidad y natación, entre otras.
- Evitar el tabaco y alcohol en exceso. Además de que estas sustancias pueden reducir la densidad ósea, una gran cantidad de alcohol perjudica el equilibrio y aumenta las probabilidades de sufrir caídas.
- Prevención de accidentes en casa. Evaluar los peligros del hogar, mantener las habitaciones iluminadas o retirar las alfombras y otros obstáculos (cables, mesillas, etc.) de las zonas de paso son medidas fundamentales para evitar caídas.
- Revisiones oftalmológicas. Otra medida recomendable para prevenir accidentes es acudir al oftalmólogo para cuidar nuestra vista, especialmente si se tiene diabetes o alguna enfermedad ocular.
- Incorporarse lentamente. Movimientos bruscos, como ponernos de pie muy rápido, pueden hacer que la presión arterial disminuya, provocando mareo y debilidad.
- Usar bastón o andador. Si se tiene algún problema de movilidad o inseguridad al caminar, deberemos acudir al profesional médico para conocer la causa y saber si necesitamos de algún tipo de soporte para desplazarnos.
Qué hacer en caso de fractura de cadera en ancianos
Si se produce la rotura de cadera es importante acudir inmediatamente al médico, para evaluar la fractura y proceder a la cirugía en caso de que sea requerida, siempre en función del tipo de lesión y la edad.
La cirugía de cadera en personas mayores presenta la misma complicación que puede conllevar cualquier tipo de cirugía, pero en caso de no realizarse puede producir una pérdida de movilidad total en las extremidades inferiores del paciente.
A pesar de que todas estas lesiones dejan alguna secuela, los tratamientos persiguen que el paciente tenga una funcionalidad adecuada que le permita retomar sus actividades cotidianas comunes. De este modo, en muchos casos la recuperación de una operación de fractura de cadera puede ser lenta y requiere de prácticas diarias y técnicas de rehabilitación. Además de los servicios de fisioterapia públicos, en las residencias para personas mayores se ofrecen estancias temporales para ofrecer un apoyo personalizado y especializado en determinadas lesiones o patologías, como puede ser la rotura de cadera
En definitiva, la fractura de cadera representa una de las patologías que produce mayor número de ingresos en traumatología y ortopedia. La incidencia en la población de personas mayores aumenta progresivamente y conlleva un problema importante de asistencia y gestión hospitalaria que es preciso abordar desde los poderes e instituciones públicas para el beneficio común de la sociedad. Si conoces a alguien que haya sufrido esta lesión en la cadera y quieres saber más sobre los servicios de fisioterapia, rehabilitación post-fractura de cadera y apoyo que ofrecen las residencias Amavir para su total recuperación, solicita más información en este enlace.