El Plan de Atención Individualizada es una de las herramientas más importantes con las que trabajan las residencias de ancianos. En este documento se recoge el resultado de la valoración geriátrica integral e interdisciplinar que se realiza de cada usuario. Su objetivo es analizar y determinar las necesidades de la persona mayor, fijando unos objetivos y un conjunto de actividades para alcanzarlos en un período determinado de tiempo, para mejorar la calidad de vida de cada paciente.
Este estudio tiene un carácter interdisciplinar porque recoge valoraciones desde el punto de vista social, médico, funcional y cognitivo. Se elabora para cada persona nada más ingresar en el centro. Los profesionales del centro de mayores recopilan en el Plan de Atención Individualizada (PAI) datos relevantes que permitan adaptar el proyecto asistencial y de cuidados del centro a los requerimientos y cambios que se puedan producir en el estado de salud del adulto mayor. Además, este documento incluye una propuesta de intervención individualizada, uno de sus rasgos más relevantes.
Plan de atención individualizada: en qué consiste
El PAI consiste en un registro documental que se realiza al ingresar el residente en el centro. En él participan diferentes departamentos profesionales de la residencia: Medicina, Enfermería, Psicología, Trabajo Social, Fisioterapia y Terapia Ocupacional, entre otros. La confluencia profesional es tal para que se consiga la armonía entre la atención integral y profesional que el adulto mayor necesite, así como su desarrollo personal.
En el plan individualizado se recogen, además de unos objetivos generales y específicos marcados para cada paciente, unas actividades preventivas y asistenciales que se tendrán en cuenta y que serán revisadas con frecuencia en los cuidados y la atención de la persona mayor.
La finalidad de este proceso sistemático e interdisciplinar es garantizar el mantenimiento y la mejora de la calidad de vida del anciano, es un plan para detectar las principales necesidades y conocer mejor la situación en la que se encuentra el individuo. Es importante tener en cuenta que no es algo estático; se trata de un documento vivo, en continua transformación, al que se van añadiendo observaciones y anotaciones, objetivos y actividades, para adaptar el enfoque asistencial a los cambios que pueda sufrir el mayor.
Evaluación y seguimiento del Plan de Atención Individualizada (PAI)
El plan de atención individualizada (PAI) no es un documento estático, sino un proceso dinámico que requiere una evaluación y seguimiento continuo para asegurar su eficacia. La evaluación periódica del PAI permite valorar si los objetivos establecidos se están cumpliendo y si las intervenciones están teniendo el impacto deseado en la calidad de vida del residente.
Este seguimiento constante permite ajustar el plan a las necesidades cambiantes de la persona mayor, garantizando que reciba la atención más adecuada en cada etapa de su vida. La participación activa del residente y su familia en este proceso de evaluación es fundamental para asegurar que el PAI refleje sus preferencias y valores en todo momento.
Cómo desarrollamos el plan de atención individualizada en Amavir
Las residencias de ancianos de Amavir ofrecen una atención integral e individualizada para la tercera edad. Nuestro equipo geriátrico se encarga de que cada mayor reciba los cuidados necesarios respecto a su situación, necesidades y preferencias, potenciando su autonomía y favoreciendo una ralentización del deterioro cognitivo. Así, estos especialistas cubren las necesidades individuales de los residentes, atendiendo en todo momento a su estado físico y psíquico, prestando atención a las personas con cualquier nivel de dependencia con el objetivo de detectar posibles áreas en las que el anciano pueda tener dificultades.
Los residentes de los centros Amavir cuentan con su propio Plan de Atención Individualizado. Se realiza al ingresar en el centro y se va revisando periódicamente gracias a la colaboración e implicación de la familia.
Con la definición, implantación y evaluación periódica del PAI se busca que cada residente reciba la atención más adecuada a su situación, necesidades y preferencias, teniendo siempre en cuenta el período de adaptación a la residencia y los tratamientos que precisa, así como la dieta, rehabilitación, atención psicológica, estimulación cognitiva y actividades de tiempo libre. Con todo ello, los profesionales del centro pretenden prevenir, mantener y mejorar el buen estado de salud del adulto mayor; incrementar la autonomía personal del residente y ralentizar el deterioro.
En Amavir contamos con diferentes opciones para ofrecer a las familias la alternativa que mejor se adapte a las necesidades del residente. A través de nuestro modelo asistencial “Guiados por ti”, basado en dar visibilidad a la persona mayor que necesita acompañamiento durante este periodo de su vida, acondicionamos el entorno en función de sus indicaciones para que tenga la oportunidad de sentirse como en su propio hogar y de ser protagonista de su propio proceso de atención.
Fruto de nuestros planes y programas centrados en el mayor y en su atención personalizada, la labor de Amavir ha sido reconocida en el ámbito nacional con diversos galardones. Así, los centros Amavir Villanueva, Amavir Pozuelo, Amavir Alcorcón y Amavir Colmenar han logrado en diferentes ediciones la segunda mención del Premio al Mejor PAI, entregado por la Sociedad Madrileña de Geriatría y Gerontología.
Unidades de convivencia
Asimismo, las unidades de convivencia se han convertido en otra modalidad de atención individualizada al mayor dentro de las residencias de ancianos y los centros de día. Estos pequeños grupos o comunidades de mayores con características homogéneas permiten ofrecer una atención integral, personalizada y ajustada a las necesidades concretas, tanto de forma individual como colectiva.
Los centros de Amavir están organizados por unidades de convivencia que persiguen el bienestar de cada persona, creando un ambiente familiar y hogareño, en el que se potencia la autonomía de cada individuo. Además, también sirven de foco de integración y relación social entre los residentes que las forman.
Cada unidad de convivencia dispone de un comedor reducido, entre 18 y 22 personas, una sala de estar y un office, dando lugar a unos cuidados personalizados e individualizados. Para las personas en diversas situaciones de dependencia, bien sea por reducción de sus capacidades físicas o cognitivas, las unidades de convivencia se adaptan, convirtiéndose en espacios íntimos, seguros y eficientes para su atención y cuidados.
Servicios comunes
Además de los programas de atención individualizada y el modelo de atención centrada en la persona, las residencias Amavir cuentan con una serie de servicios comunes e instalaciones que completan la atención socio-sanitaria de los miembros de nuestra gran familia para que se sientan en su propia casa.
Las residencias de mayores de Amavir ofrecen servicios de atención médica y enfermería, trabajo social, talleres de terapia ocupacional, fisioterapia y rehabilitación, psicología, farmacia y otras actividades y terapias alternativas (musicoterapia, estimulación sensorial, huertos terapéuticos, encuentros intergeneracionales, estancias temporales y terapias con animales, entre muchas más), para potenciar el desarrollo integral de las necesidades de nuestros mayores.
Es destacable asimismo la programación de animación sociocultural en cada uno de nuestros centros, celebrando las festividades tradicionales y fomentando el conocimiento y el intercambio cultural con otras costumbres. Así, se organizan diversas actividades lúdicas, actuaciones musicales, sesiones de teatro, cine y concursos. La oferta sociocultural también lleva a cabo en el exterior del centro, con excursiones culturales, visitas al patrimonio de la región y otras salidas.
Además, los centros cuentan con espacios comunes, como el jardín, donde suele haber un huerto del que se encargan y hacen suyo los propios residentes; la biblioteca; la sala multisensorial y de reminiscencia, así como de ocio y televisión.
Personal especializado
Para llevar a cabo una correcta atención integral, en el plan de atención individualizado juega un papel determinante el personal especializado de la residencia de mayores.
Los profesionales de Amavir trabajan diariamente por y para las personas mayores con dedicación y vocación, ofreciendo un trato cercano, personalizado y enfocado a favorecer el bienestar de cada usuario. Todos ellos comparten y participan de la misma filosofía y principios éticos, un aspecto fundamental en la gestión de la atención personalizada.
Nuestro equipo humano está formado por profesionales multidisciplinares: gerocultores, equipo médico y de enfermería, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, profesionales de trabajo social, psicología y animación sociocultural, entre otros. Su objetivo es ayudar y cuidar a la persona mayor en todo lo que necesite.
Los trabajadores de Amavir también fomentan la interacción social de los residentes, entre ellos y con el resto del personal, creando una auténtica comunidad familiar, introduciendo modelos de cuidados personalizados y creando lazos de unión de larga duración.
Beneficios de la atención individualizada en residencias de mayores
Los modelos y programas asistenciales de atención individualizada logran que la persona mayor continúe haciendo aquello que desea o le motiva, manteniendo sus capacidades preservadas y su esencia durante esta etapa vital. De esta forma, uno de los principales beneficios de este enfoque es prestar apoyo a todas las necesidades de bienestar al mayor, incidiendo directamente en la mejora de su calidad de vida.
La funcionalidad de las residencias de mayores también se hace palpable en el empoderamiento y el fomento de la autonomía del adulto mayor, que favorece la continuidad de su proyecto vital.
La atención individualizada también contribuye a la preservación del honor y la intimidad, creando entornos significativos en los que se pueda contemplar el pasado, valorar el presente y proyectar el futuro, con actividades acordes a la edad y a los intereses personales.
La contribución al apoyo emocional también es otro aspecto favorable a destacar, con el diseño de espacios físicos similares a un hogar que facilite la percepción del entorno como el propio domicilio, favoreciendo la expresión y el bienestar emocional. Aquí también es fundamental la creación de contextos integradores, posibilitando que las personas se integren con el resto de usuarios de su comunidad y combatiendo la soledad no deseada.
La utilización de productos de apoyo, tecnologías de información y de comunicación que aportan una mayor calidad de vida de las personas supone otro de los puntos fuertes de esta atención centrada en el individuo.