El dolor de espalda es una de las dolencias más comunes entre los adultos y, en concreto, entre las personas mayores de 60 años, debido principalmente al desgaste de las articulaciones de la columna vertebral, sobre todo en la zona de la espalda baja o de las lumbares. Aunque estos dolores pueden deberse a enfermedades como la fibromialgia, una infección, un tumor en la columna o una fractura, algunas de las causas más comunes en la vejez son la artritis, la espondilosis y la estenosis lumbar.
En el primer caso, se trata de un dolor en la parte baja de la espalda provocado por la pérdida de cartílago en las articulaciones de la columna. Es muy localizado e intenso, puede ser intermitente y provocar rigidez, pérdida de flexibilidad y dolor de la ciática. Por su parte, la estenosis y la espondilosis lumbar provocan un dolor intenso cuando la persona está en posición vertical, que sube por la pierna, incluyendo una sensación de hormigueo en la misma.
Para hacer frente a estos dolores, como en todo, la actitud del paciente es esencial. Aunque existen dolores crónicos e intensos, un entorno que invite al optimismo y una situación personal favorable va a mitigar la dolencia y a mejorar la eficacia del tratamiento médico y/o farmacológico de la enfermedad.
Dolor de espalda en personas mayores: descifrando las Causas
El dolor de espalda es una queja común entre las personas mayores, a menudo atribuido al desgaste natural de las articulaciones. Sin embargo, es fundamental comprender las causas específicas detrás de este malestar para poder abordarlo de manera efectiva.
Las principales patologías y sus causas
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Artritis:
- Osteoartritis: Desgaste del cartílago que recubre las articulaciones de la columna vertebral, causando rigidez y dolor, especialmente al moverse.
- Artritis reumatoide: Inflamación crónica de las articulaciones, que puede afectar a la columna y provocar dolor intenso, rigidez matutina y deformidades.
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Espondilosis:
- Desgaste de los discos intervertebrales, que actúan como amortiguadores entre las vértebras. Esto puede llevar a la formación de espolones óseos y la compresión de los nervios, causando dolor y rigidez.
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Estenosis espinal:
- Estrechamiento del canal espinal, que puede comprimir la médula espinal y los nervios, provocando dolor, debilidad y entumecimiento en las piernas.
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Hernia discal:
- Protrusión de una parte del disco intervertebral, que puede presionar los nervios y causar dolor intenso, irradiado a las piernas.
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Fracturas por compresión:
- Debilitamiento de los huesos, especialmente en personas con osteoporosis, puede llevar a fracturas de las vértebras, causando dolor agudo y pérdida de altura.
Otras causas a considerar
- Infecciones: Algunas infecciones pueden afectar a la columna vertebral y causar dolor.
- Tumores: Los tumores, tanto benignos como malignos, pueden comprimir la médula espinal o los nervios.
- Fibromialgia: Un trastorno caracterizado por dolor muscular generalizado y puntos sensibles.
Factores de riesgo
- Edad: El riesgo aumenta con la edad debido al desgaste natural de las articulaciones.
- Sedentarismo: La falta de actividad física debilita los músculos que soportan la columna.
- Sobrepeso: El exceso de peso ejerce presión sobre la columna.
- Mala postura: Una postura incorrecta puede exacerbar el dolor de espalda.
- Lesiones previas: Las lesiones en la espalda pueden predisponer a problemas futuros.
¿Cómo aliviar el dolor de espalda?
El tratamiento del dolor de espalda en personas mayores dependerá de la causa subyacente y puede incluir:
- Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares.
- Fisioterapia: Ejercicios específicos para fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad.
- Terapias complementarias: Acupuntura, quiropráctica, etc.
- Cambios en el estilo de vida: Pérdida de peso, mejora de la postura, uso de ayudas para caminar.
Es fundamental consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
Conclusión
Desde Amavir, todo el personal está comprometido precisamente en este sentido y, además de favorecer un ambiente positivo en todos nuestros centros, velamos para que nuestros mayores descansen en camas confortables y realicen actividades físicas que cuiden su higiene postural y aumenten su bienestar; todo ello, junto a una alimentación saludable que mitigue las dolencias propias de la edad contribuye a mejorar la calidad de vida de una etapa, la de la vejez, en la que nuestros mayores se merecen lo mejor.