Con la llegada del verano, irrumpen las actividades y ocio al aire libre pero también las altas temperaturas. En nuestro país, la época estival suele venir acompañada de un calor excesivo que puede ser perjudicial para el bienestar de las personas y, en especial, puede provocar deshidratación en ancianos. Para evitar el deterioro del organismo y promover la correcta hidratación en personas mayores es vital mantener un buen equilibrio en el estado de salud y realizar unos hábitos saludables.
Causas y síntomas de deshidratación en ancianos
Cada verano los médicos recuerdan la importancia de evitar riesgos para las personas más vulnerables y ofrecen una serie de consejos sobre cómo prevenir la deshidratación en adultos mayores. Resulta esencial conocer los síntomas de deshidratación en ellos, para ponerle solución lo antes posible y evitar la evolución a deshidratación moderada o grave, impactando de forma importante sobre su estado de salud. Entre los síntomas más recurrentes se pueden advertir los siguientes:
- Mareos o confusión
- Cansancio
- Dolor de cabeza
- Somnolencia
- Falta de concentración
- Estreñimiento
- Sequedad de la boca y la piel
- Descenso de la presión arterial
- Menos cantidad de orina u orina más oscura
- Calambres musculares
- Aumento del ritmo cardíaco
Existen determinadas causas de deshidratación en ancianos que deben tenerse en cuenta con el fin de crear una rutina que facilite una correcta hidratación de forma sencilla y evite severos episodios de este fenómeno. Entre estas causas están la dificultad para moverse, la incontinencia urinaria, alguna patología previa, dificultades de deglución y la pérdida de sensación de sed o determinados tratamientos entre otras.
Consejos para evitar la deshidratación en adultos mayores
Los profesionales de Amavir velan por el cuidado integral de las personas mayores y se aseguran de que reciban una correcta y equilibrada alimentación, basada en sus necesidades nutricionales y con grandes aportes de contenido hídrico. A esta atención personalizada se unen los conocimientos y experiencia que tienen los equipos de Amavir sobre cómo afecta el calor a los ancianos.
Sara González Blázquez, jefe médico de Amavir, proporciona siete consejos para impulsar hábitos saludables y evitar la deshidratación en adultos mayores:
- Tomar líquidos de forma diaria y regular: Es relevante estar al día de cuánta agua debe tomar un anciano. El porcentaje de agua en el cuerpo de un adulto debe rondar entre el 50% y el 65%. Para mantener esa proporción y favorecer la sensación de sed, se debe recurrir a la toma de líquidos de forma diaria y frecuente. Como bien aconsejan los expertos, la cantidad debe oscilar entre los 2,5 y 2 litros y es una recomendación que hay que intentar promover y cuidar entre las personas mayores, aunque podrá haber variaciones dependientes de patologías existentes, dado el alto grado de comorbilidad.
- Beber agua durante las comidas y la toma de medicación: es muy importante que los mayores lleven una dieta equilibrada en vitaminas y calcio. Por otro lado, además del consumo recurrente de líquido, es importante acompañar las ingestas, tanto de alimentos como de las medicinas, de agua o bebidas hidratantes que contribuyan a mantener el cuerpo equilibrado y saludable. Esta es una buena alternativa para reponer líquidos a partir de una rutina sencilla y fácil de recordar, y mejora tanto la absorción de la medicación como su distribución.
- Ingerir alimentos ricos en agua: Otra medida que favorece la hidratación es la alimentación saludable de personas mayores. Una ingesta de frutas ricas en contenido hídrico como la sandía, el melón o la pera proporcionan dosis de agua extra. De la misma forma, verduras y hortalizas como la lechuga, el tomate o el pepino también ayudan a aumentar el aporte de agua, en sopas, gazpachos o cremas. Lo ideal es combinar los alimentos de diferentes maneras, hacer zumos, batidos o incluso helados caseros, para propiciar su ingesta y realizar una rutina de hidratación más atractiva.
- Estimular al mayor y ofrecerle bebidas antes que se deshidrate: Velar por nuestros mayores es crucial para garantizar hábitos saludables y cubrir sus necesidades. Por ello, es importante que, en caso de que el mayor no viva acompañado, los familiares o personas allegadas, estén pendientes del consumo de líquidos que haga durante el día, ya sea a través de una llamada de teléfono o mejor una visita, puesto que muchas veces, debido a esa falta de sensación de sed, no son conscientes de la necesidad de hidratación. Desde las residencias y centros de día Amavir, los equipos de profesionales están muy pendientes de estimular y promover la hidratación de personas mayores.
- Evitar bebidas azucaradas, con cafeína, alcohol y diuréticos: Tratar de combatir la sed con la ayuda de bebidas azucaradas no es la mejor opción y puede producir el efecto contrario. Se debe evitar tomar este tipo de líquidos que rara vez aportan ingredientes de valor nutricionales. De la misma forma sucede con las bebidas diuréticas o la cafeína, por su efecto excitante, y el alcohol que, además, pueden producir daños o alteraciones perjudiciales para el organismo.
- Mantener una correcta ventilación de los espacios. Una actuación esencial para evitar la deshidratación en personas mayores es propiciar un entorno bien oxigenado y aireado, cerrando persianas por donde nos dé el sol para disminuir el aumento de la temperatura en el interior y ventilando por el lado de sombra.
- También se recomienda evitar la exposición prolongada al sol, que además de provocar daños y quemaduras en la piel, puede causar la pérdida de líquidos y sales minerales y derivar en un cuadro severo de deshidratación. De ahí que sea aconsejable evitar las actividades al aire libre en las horas centrales del día. Hay que aprovechar las primeras horas de la mañana.
Según la jefe médico de Amavir, estos consejos promueven rutinas saludables sencillas con el fin de poner en marcha buenos hábitos que contribuyan a evitar la deshidratación en mayores. Y añade una recomendación adicional: aumentar el consumo de agua ante el excesivo calor. Dadas las elevadas temperaturas que se pueden alcanzar durante los meses de julio y agosto en nuestro país, es importante consumir una mayor cantidad de líquidos y el agua es el mejor de ellos. Es crucial prestar especial atención a las posibles olas de calor y estar alerta para identificar síntomas de deshidratación.