Desarrollar actividades al aire libre y en contacto con la naturaleza es una de las principales motivaciones para nuestros mayores, por ello, uno de los espacios más utilizados dentro de nuestras residencias y centros de día Amavir es el huerto terapéutico.
El huerto conlleva el desarrollo de una serie de destrezas que son terapéuticas en el aspecto físico, pero también en el emocional. A través de esta actividad, salimos de la rutina en las residencias y estimulamos a nivel funcional y cognitivo a nuestros usuarios y se consigue fomentar la actividad física, la motricidad, la memoria, los sentidos y la sociabilidad.
Del huerto a la cocina
De este modo, son ellos mismos quienes cavan, siembran, abonan la tierra, ven como crecen las plantas y dan su fruto. Se riega todos los días y los productos obtenidos se usan posteriormente en el taller de cocina.
Preparar algo en el que has invertido tu tiempo y esfuerzo siempre es una recompensa extra. Por ello, una vez recogidos y lavados los ingredientes, en el taller de cocina se prepara el menú con las recetas tradicionales de nuestros residentes.
Huerto de plantas aromáticas
Además, en algunos centros también existe un huerto de plantas aromáticas. Con este espacio se busca trabajar su memoria, evocando recuerdos acerca de esas plantas a lo largo de su vida y también potenciar la estimulación sensorial, especialmente el olfato.
Centrados en la atención personalizada
En las residencias y centros de día se proporciona a los mayores actividades en función de sus gustos o de sus intereses actuales, además de los apoyos necesarios para que desempeñen las tareas de una forma óptima. En Amavir, uno de los objetivos principales es que los mayores mantengan el cerebro activo, de esta manera se consigue que el proceso de envejecimiento sea más lento.
Nuestra experiencia de más de 20 años nos ha llevado a ofrecer un abanico de actividades muy amplio, con el objetivo de que los mayores vean satisfechas todas sus necesidades presentes y futuras. De esta forma les proporcionamos una atención integral e individualizada y se previene, mantiene y mejora el buen estado de salud, potenciando su autonomía y ralentizando el deterioro.
Huerto terapéutico en residencias de ancianos: diseño y adaptación para el máximo bienestar
Los huertos terapéuticos se han convertido en una herramienta valiosa para mejorar la calidad de vida de los residentes en residencias de ancianos. Estos espacios verdes no solo ofrecen la oportunidad de disfrutar de la naturaleza y cultivar alimentos frescos, sino que también proporcionan numerosos beneficios terapéuticos, tanto físicos como mentales.
Sin embargo, para que un huerto terapéutico sea realmente efectivo, es fundamental que su diseño y adaptación se realice teniendo en cuenta las necesidades específicas de las personas mayores. A continuación, te presentamos algunos aspectos clave a considerar:
Accesibilidad y seguridad:
- Caminos y accesos: Los caminos deben ser amplios, nivelados y antideslizantes para facilitar el desplazamiento de personas con movilidad reducida o que utilizan sillas de ruedas o andadores.
- Altura de los bancales: Los bancales elevados son ideales, ya que permiten trabajar el huerto sin necesidad de agacharse, evitando lesiones y facilitando el acceso a personas con limitaciones físicas.
- Mobiliario adaptado: Bancos con respaldo y reposabrazos, mesas de trabajo a la altura adecuada y herramientas de jardinería adaptadas son elementos esenciales para garantizar la comodidad y seguridad de los usuarios.
Diseño del huerto:
- Variedad de plantas: Es importante incluir una variedad de plantas que estimulen los sentidos y ofrezcan diferentes niveles de dificultad en su cuidado. Flores, hortalizas, plantas aromáticas y frutales pueden ser una excelente opción.
- Espacios de descanso: Zonas de sombra con bancos y mesas son fundamentales para que los residentes puedan descansar y disfrutar del entorno.
- Estética y atractivo: Un huerto bien cuidado y con elementos decorativos como fuentes, esculturas o pérgolas puede resultar muy estimulante y motivador para los usuarios.
Actividades terapéuticas:
- Horticultura adaptada: Las actividades deben adaptarse a las capacidades de cada persona, ofreciendo tareas sencillas y gratificantes, como sembrar semillas, regar, recoger frutos o realizar manualidades con materiales naturales.
- Terapia sensorial: El huerto puede ser un espacio ideal para estimular los sentidos a través de los colores, aromas y texturas de las plantas.
- Socialización: El huerto es un lugar de encuentro y socialización, donde los residentes pueden compartir experiencias, conocimientos y momentos de ocio.
Mantenimiento del huerto:
- Fácil mantenimiento: Es importante elegir plantas que requieran poco mantenimiento y que se adapten al clima local.
- Participación de los residentes: Siempre que sea posible, se debe fomentar la participación de los residentes en las tareas de mantenimiento del huerto, adaptándolas a sus capacidades y preferencias.
En definitiva, un huerto terapéutico bien diseñado y adaptado puede ser un recurso invaluable para mejorar la calidad de vida de las personas mayores en residencias. Al ofrecer un espacio seguro, accesible y estimulante, se promueve la actividad física, la estimulación cognitiva, la interacción social y el bienestar emocional, contribuyendo a un envejecimiento activo y saludable.
Beneficios del huerto terapéutico en las residencias de mayores
Los huertos terapéuticos en residencias de ancianos no solo brindan beneficios para la salud y el bienestar de los residentes, sino que también contribuyen a la creación de un entorno más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Estos espacios verdes urbanos ofrecen una serie de ventajas ecológicas que vale la pena destacar:
Mejora de la calidad del aire: Las plantas actúan como filtros naturales, absorbiendo dióxido de carbono y liberando oxígeno, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire en el entorno de la residencia. Además, algunas especies vegetales tienen la capacidad de absorber contaminantes atmosféricos, como el dióxido de nitrógeno y el ozono.
Reducción de la contaminación acústica: La vegetación actúa como una barrera natural contra el ruido, reduciendo la contaminación acústica proveniente del tráfico y otras fuentes urbanas. Esto crea un ambiente más tranquilo y relajante para los residentes.
Fomento de la biodiversidad: Los huertos terapéuticos pueden convertirse en pequeños ecosistemas que atraen a insectos polinizadores, aves y otros animales beneficiosos. Esto contribuye a la conservación de la biodiversidad local y al equilibrio ecológico.
Gestión sostenible del agua: Mediante la utilización de técnicas de riego eficientes, como el riego por goteo o la recogida de agua de lluvia, los huertos terapéuticos pueden contribuir a un uso más responsable de este recurso natural.
Reducción de residuos: Los restos vegetales generados en el huerto pueden ser compostados y utilizados como abono natural, reduciendo la cantidad de residuos orgánicos que se envían a vertederos.
Educación ambiental: Los huertos terapéuticos pueden ser utilizados como herramientas educativas para concienciar a los residentes y al personal de la residencia sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y promover prácticas sostenibles.
Conexión con la naturaleza: El contacto con la naturaleza tiene un efecto positivo en la salud física y mental de las personas. Los huertos terapéuticos ofrecen a los residentes la oportunidad de disfrutar de la naturaleza, cultivar sus propios alimentos y participar en actividades al aire libre, lo que contribuye a su bienestar general.
Conclusión
Los huertos terapéuticos en residencias de ancianos no solo son una fuente de bienestar para los residentes, sino que también aportan importantes beneficios ambientales. Al crear espacios verdes y sostenibles, contribuyen a mejorar la calidad del aire, reducir la contaminación, fomentar la biodiversidad y promover un uso más responsable de los recursos naturales.