El año que hemos cerrado apenas hace unos días no se nos podrá olvidar jamás. Desde el sector sociosanitario hemos tenido que enfrentarnos a un reto para el que no estábamos preparados, y a pesar de las dificultades hemos dado lo mejor de nosotros mismos. La pandemia del coronavirus ha traído consigo la necesidad de un cambio global, un cambio de rumbo en el camino marcado que nos lleva a un terreno desconocido, con un futuro aún por descifrar.
“Una brújula frente a la Covid: una mirada ética en tiempos de incertidumbre”
Hace unas semanas Amavir celebró la II jornada del Comité de Bioética Asistencial que llevó por título: “Una brújula frente a la Covid: una mirada ética en tiempos de incertidumbre”. En esta jornada Lourdes Rivera, directora general de Amavir, dejó claro que “la pandemia nos ha traído un mundo nuevo en el que la bioética está llamada a desempeñar un papel cada vez más relevante y no solo en nuestro sector, esta disciplina puede aportarnos luz en un momento en el que todo parece haberse vuelto oscuro”. Además, agradeció al Comité de Bioética Asistencial de Amavir “la labor que está llevando a cabo para difundir estos valores dentro de la compañía, pero también con el público externo”.
Debate en cuatro grandes áreas
En Amavir estamos convencidos de que la bioética tiene su radio de acción en el sector de las residencias pero también en el mundo de la sanidad y en otros mundos. Es por ello, que con esta jornada quisimos abrir un debate sobre cómo esta disciplina nos puede ayudar en nuestra tarea y en cómo construir una mejor sociedad.
Un debate que se centró en cuatro grandes áreas: cómo aprender a resistir y fortalecernos en momentos de crisis; contar con las familias en la personalización de los cuidados; cómo afrontar situaciones tan duras como las despedidas en soledad y reforzar la importancia de las voluntades anticipadas como forma de aumentar la autonomía personal.
“Vulnerables y vulnerados: resistir y fortalecer desde el corazón”
Para tratar estos temas hemos contado con ponentes del máximo nivel, entre ellos, Francisco Javier de la Torre, doctor en Derecho, licenciado en Filosofía y Teología Moral y presidente del Comité de Ética de la Universidad Pontificia Comillas. En su ponencia destacó que todos somos vulnerables, pero además, todos hemos sido vulnerados por el virus.
“Somos vulnerables porque no comprendemos todo, porque vivimos interdependientes, porque vivimos en constante cambio al que no siempre nos podemos adaptar. Porque vivimos en un mundo crecientemente desigual, sin límites. Obsesionados por el éxito y la desmesura en el que muchos fracasan y son descartados”, afirma de la Torre.
“La importancia de la familia en la personalización de los cuidados»
Mamen Hernández, enfermera, máster en Bioética y experta en urgencia y emergencias extrahospitalarias, nos ha hecho reflexionar con su ponencia sobre los cuidados en esta pandemia. ¿Quién cuida de la familia? ¿Es posible incorporar a la familia en el proceso de cuidado, aunque no esté presente? ¿Estamos ofreciendo un cuidado holístico?
Los planes de humanización habían acortado la distancia entre profesionales y pacientes, sin embargo, de la noche a la mañana se pasó al aislamiento por completo. “Me di cuenta de la importancia del lugar que tenía la familia en el cuidado de los pacientes. Es la guía que nos indica como tenemos que cuidarlos. Los enfermeros estamos acostumbrados a tenerlos cerca y de pronto no estaban”, afirma Mamen.
El cuidado holístico reconoce las necesidades de la familia como inseparables de las del paciente. “Mi aplauso es para la familia, que desde la distancia me ayudó a personalizar el cuidado, tuvo paciencia e incluso palabras de aliento que me animaron a seguir remando”, concluye Mamen.
«Despedidas sin abrazos: reflexiones sobre la muerte en soledad»
Carlos Hernández Fernández, licenciado en Sociología y Periodismo, diplomado en Trabajo Social y máster en Intervención en Duelo, ha hablado en su charla en torno a las despedidas sin abrazos.
Es un hecho que el virus ha robado la posibilidad de estar acompañado en los últimos momentos de vida. A ello, se une la imposibilidad de realizar un rito de despedida como los que estamos acostumbrados. “El rito funerario sirve para aceptar la realidad de la pérdida. Con la COVID esto ha desaparecido y ha generado mucha incertidumbre. El rito también sirve para recibir cariño, abrazos, recuperar la dignidad y cumplir el último deseo de la persona”, relata Carlos.
Por último lanza una reflexión: ¿salimos más fuertes o no? En su opinión “se aprende de lo que reflexionamos. Existe una crisis sanitaria y económica pero también hay una tercera de la que no se ha oído hablar: la crisis de los cuidados. No se ha cuidado del acompañamiento, de la familia, de los ritos, las despedidas. En algún momento habrá que abordar este tema por si vuelve a pasar”.
«Voluntades anticipadas»
El último turno fue para Áurea Esparza, psicóloga por la Universidad Pontificia Comillas y psicoterapeuta y máster en Bioética también por esta universidad quien puso un poco de luz sobre el término de “voluntades anticipadas”.
“Para hablar con nuestros pacientes sobre la muerte tenemos que entender cómo la viven y cómo la entienden ellos, pero también lo que significa para la sociedad. En esta sociedad nos cuesta mucho hablar de ella, siempre buscamos eufemismos”, afirma la psicóloga.
Aurea también puso el foco sobre la poca formación que reciben los profesionales sobre el final de la vida. “Es necesaria una cultura de formación sobre las voluntades anticipadas. Incluir cursos sobre la preparación para el final sería muy interesante”.