Cuidar a los mayores o a cualquier persona en situación de dependencia puede ser un hábito positivo, satisfactorio y gratificante, sin embargo, no es una tarea fácil y, en ocasiones, puede llegar a causar estragos emocionales que derivan en problemas de ansiedad, depresión o frustración. Este agotamiento mental y físico puede afectarles hasta el punto de alterar otros aspectos de su vida, llegando a experimentar lo que se conoce habitualmente como el síndrome del cuidador quemado o burnout.
En Amavir somos conscientes del desgaste físico, psicológico y emocional que puede llegar a causar hacerse cargo de alguien mayor, dependiente o enfermo a diario, ya que cada vez más personas conviven con algún tipo de incapacidad que requiere de una atención continua. Por ello, ofrecemos un apoyo diario para las personas cuidadoras, al encontrarnos en estrecho contacto con aquellos que cuidan de mayores en situación de dependencia.
Principales síntomas del síndrome del cuidador quemado
En España existen más de tres millones de personas que padecen algún tipo de discapacidad, de los que más de un millón presentan un grado de dependencia grave o severa, necesitando de cuidados diarios para las labores más básicas. Además, según distintas estimaciones, el 40% de los cuidadores no tienen con quien compartir la carga del cuidado, experimentando, por tanto, un desgaste mayor que aquellos que comparten los cuidados con algún otro familiar o ayudas de los servicios sociales.
Cuanto más tiempo se invierta en cuidar a una persona dependiente, menor será la calidad de vida del cuidador, lo que conlleva a que aparezca el síndrome del cuidador quemado. Esto hará que surjan diferentes síntomas comunes que podemos clasificar en síntomas físicos, emocionales y sociales:
Síntomas físicos del cuidador quemado
- Sensación de cansancio y agotamiento
- Sensación de desesperanza y angustia
- Trastornos del sueño
- Dolores musculares
- Molestias digestivas
- Menor energía
- Dolores de cabeza o nuca
- Trastornos alimentarios: pérdida o exceso de apetito
- Necesidad de pastillas o tratamiento para dormir
- Notable deterioro de su estado físico, así como descuido de sus necesidades básicas
- Problemas con el alcohol, drogas o cafeína
- Despiste continuo
- Fumar excesivamente
- Sistema inmunológico más desgastado
Síntomas emocionales y sociales del cuidador quemado
- Tristeza, ansiedad o depresión
- Aumento de la irritabilidad y cambios fuertes en el estado de ánimo
- Sensación creciente de resentimiento
- Dificultades de concentración
- Aislamiento social ante familia y amigos
- Contestar de forma más agresiva a tu alrededor
- Sentirse incomprendidos por el resto de la sociedad
- Apatía constante y desinterés por actividades que antes le gustaban
- Tendencia a la procrastinación
Además, estos síntomas se harán más significativos con el tiempo y tendrán mayores consecuencias si la enfermedad o el estado de dependencia es duradero, pudiendo caer con más asiduidad y frecuencia en un estado grave de depresión o ansiedad provocado por haberse volcado en el bienestar del otro en detrimento del de uno mismo.
Plan de autocuidado del cuidador quemado: prevenir los síntomas
Luchar contra este estado no es fácil, pero se puede hacer mediante una serie de estrategias que pasan por tomar conciencia de la necesidad de incluir un plan de autocuidado. Te dejamos algunas recomendaciones que puedes intentar aplicar si crees que te encuentras sufriendo este síndrome, o conoces a alguien que lo está sufriendo.
1. Busca ayuda social y profesional
Se debe aprender a delegar en los demás lo que no podemos abarcar por nosotros mismos, mediante opciones como dividir tareas o establecer turnos que nos permitan disfrutar de ciertas actividades de ocio, así como un descanso mayor durante las horas del día.
Busca ayuda en personas cercanas y seres queridos o bien en algún profesional que pueda limitarte la carga emocional y física que supone cuidar de una persona dependiente en su totalidad. Incluso puedes sopesar el pedir una de las ayudas a domicilio para personas mayores. En caso de decantarte por esta opción, es importante que sepas que desde Amavir te ayudamos con los trámites de la Ley de Dependencia.
También puedes optar por los programas de respiro familiar. Estas estancias temporales son un recurso fundamental y de apoyo a las familias, ya que facilitan el descanso del cuidador y de la persona mayor dependiente.
2. Cuidarse a uno mismo para poder cuidar a los demás
Afianzar el cuidado personal y la autoestima en nosotros mismos nos hará poder cuidar con más fuerza a quien tenemos al lado, ya que, si nos encontramos desgastados, difícilmente podremos hacer nada por los demás.
Es muy importante atender a nuestras propias necesidades como por ejemplo:
- Realizar ejercicio físico
- Comer sana y equilibradamente
- Practicar técnicas de relajación para calmar la ansiedad
- Dormir las horas necesarias
- Visitar al médico para comprobar nuestro estado de salud
- Fomentar la práctica de las aficiones que nos hacen sentirnos mejor con nosotros mismos
3. Pasa más tiempo con tus seres queridos
Retoma el contacto, habla y queda con familiares, amigos y compañeros de trabajo que has dejado atrás por la dedicación completa a la persona mayor o dependiente. Esto te permitirá relajarte y distraerte de tus preocupaciones diarias. También distancias el agotamiento mental y la autoexigencia que supone cuidar a alguien en su totalidad, además esto supone una vía de desahogo y un soporte emocional fundamental para ti.
4. Identifica los sentimientos negativos para dejar paso a los positivos
Reconocer los sentimientos negativos que nos invaden como la ira, la frustración, el miedo o la ansiedad y ponlos en conocimientos de alguien cercano o un psicólogo o terapeuta. Esto te resultará de gran ayuda para combatir los estragos físicos y emocionales del síndrome del cuidador quemado.
Si decides ponerte en manos de un profesional, ten en cuenta que te podrá brindar diferentes estrategias para manejar estos sentimientos negativos. Así podrás sentirte mejor contigo mismo y te abrirás camino hacia los sentimientos positivos.
5. Fomenta la autonomía del dependiente
Es importante intentar que la persona mayor a la que cuidamos trate de realizar alguna actividad por sí misma, siempre teniendo en cuenta su grado de dependencia. Esto permitirá que mejore su autonomía, aunque desarrolle ciertas actividades de forma más lenta, lo que también repercutirá en su autoestima, seguridad y estado de ánimo.
Por su parte, los centros de día y las residencias de Amavir se convierten en una excelente solución y una vía de apoyo a este problema, ya que permiten que los cuidadores puedan conciliar la vida personal y las responsabilidades de cuidados. La atención integral diaria, así como las actividades de envejecimiento activo y programas de estimulación cognitiva que fomentamos a diario, aportan una mayor calidad de vida tanto a los mayores como a los cuidadores.
Impacto en la salud mental del cuidador quemado
Si bien el cuidado de un ser querido puede ser gratificante, la carga constante puede pasar factura a la salud mental del cuidador.
Impacto en la salud mental:
- Depresión y Ansiedad: La constante preocupación, el estrés y la falta de tiempo para uno mismo pueden desencadenar o agravar la depresión y la ansiedad. Los cuidadores pueden experimentar sentimientos de tristeza, desesperanza, irritabilidad, dificultad para concentrarse y cambios en el apetito y el sueño.
- Estrés Crónico: El cuidado prolongado puede llevar a un estado de estrés crónico, que afecta tanto a la salud mental como física. El estrés crónico aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, problemas digestivos y trastornos del sistema inmunológico.
- Aislamiento Social: Los cuidadores a menudo se ven obligados a reducir su vida social y actividades de ocio, lo que puede llevar al aislamiento y la soledad. La falta de apoyo social aumenta el riesgo de depresión y otros problemas de salud mental.
- Trastornos del Sueño: La preocupación constante y las interrupciones nocturnas pueden provocar insomnio y otros trastornos del sueño. La falta de sueño afecta negativamente el estado de ánimo, la concentración y la capacidad para afrontar los desafíos diarios.
- Pensamientos Suicidas: En casos extremos, el agotamiento y la desesperanza pueden llevar a pensamientos suicidas. Es fundamental buscar ayuda profesional si se experimentan estos sentimientos.
Prevención y Tratamiento:
Reconocer los signos del síndrome del cuidador quemado es el primer paso para buscar ayuda. Es importante establecer límites, pedir ayuda a familiares y amigos, buscar apoyo profesional y dedicar tiempo al autocuidado. La terapia, los grupos de apoyo y las técnicas de relajación pueden ser herramientas efectivas para gestionar el estrés y mejorar la salud mental.
No estás solo:
Si eres cuidador y te sientes abrumado, recuerda que no estás solo. Buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. ¡Cuidar de tu propia salud mental es fundamental para poder seguir cuidando de tus seres queridos!