En este artículo hablamos sobre un tema que importa y mucho en nuestros mayores: cómo cuidar a personas con parkinson. Si estás interesado, sigue leyendo y no pierdas detalle.
El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia en el mundo. La Sociedad Española de Neurología señala que cada año se diagnostican en nuestro país 10.000 casos nuevos de esta patología. A nivel global, más de 7 millones de personas padecen Parkinson en todo el mundo. En España, el número de afectados ya ha superado los 160.000 casos, según datos del Ministerio de Sanidad.
Estas cifras suponen un incremento considerable que no deja de acentuarse con los años. Tanto es así que el número de individuos con Parkinson casi se ha multiplicado por cuatro en la última década.
Por ello, desde nuestro blog “Cuidando al mayor” hemos elaborado esta guía para saber cómo cuidar a personas con Parkinson, gracias a la ayuda y consulta de nuestros especialistas. A través de este artículo podremos conocer algunos consejos para el cuidado de una persona mayor con Parkinson, actividades y efectos beneficiosos, y estrategias emocionales para ayudar a los cuidadores.
Comprendiendo la enfermedad de Parkinson
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso central cuya principal característica es la muerte progresiva de neuronas en una parte del cerebro.
La consecuencia más importante de esta pérdida neuronal es una marcada disminución en la disponibilidad cerebral de dopamina, principal sustancia sintetizada por estas neuronas, originándose una disfunción en la regulación de las principales estructuras cerebrales implicadas en el control del movimiento.
Pero, ¿cuáles son los síntomas específicos del Parkinson? Las principales manifestaciones afectan mayoritariamente a la función motora del paciente iniciándose por un lado del cuerpo. Los más característicos son:
- Torpeza generalizada en la realización de movimientos, con lentitud.
- Escasa motilidad espontánea.
- Temblor en situaciones de reposo.
- Rigidez muscular.
También podemos considerar manifestaciones típicas la inexpresividad facial, la escasez de movimientos automáticos como el parpadeo o el braceo al caminar, la inclinación del tronco hacia delante durante la marcha, etc.
Asimismo, pueden aparecer otros indicios como son dificultades del habla, de deglución y de la escritura, entre otros. Además, también existen otros síntomas no motores como los trastornos del sueño, ansiedad, depresión o los problemas de tipo cognitivo.
Debido a la variedad de manifestaciones y a la propia esencia de la enfermedad (neurodegenerativa, crónica e invalidante) resulta imprescindible que los profesionales estudien y analicen esta afección con un carácter global. El abordaje multidisciplinar de la enfermedad de Parkinson permite analizar y comprender muchos factores que influyen en la salud y el bienestar del paciente, mientras que una perspectiva o visión biologicista solo se centra en uno o dos aspectos de la patología (por ejemplo, el temblor incapacitante).
Consejos sobre cómo cuidar a una persona con Parkinson
En caso de contar con un caso de Parkinson en la familia, es muy importante disponer de herramientas y estrategias diversas para abordar las necesidades cotidianas de los pacientes. Igualmente relevante es identificar el estado en el que se encuentra el adulto mayor para detectar sus necesidades y adaptar así la atención prestada.
Controlar la alimentación
Para controlar la alimentación de pacientes con Parkinson, es aconsejable separar la hora de la toma de medicación de la hora de las comidas. Los platos ricos en proteínas animales deben tomarse a las horas en que la medicación esté más lejana, por ejemplo, en la cena. Además, se aconseja beber abundantemente tomando de 2 a 2,5 l. (entre 8 y 10 vasos) de líquido al día (agua, zumo, leche…).
También es importante la vajilla utilizada para el momento de la alimentación. Los cubiertos han de pesar poco, ya que son más fáciles de manejar. En ocasiones, se pueden modificar los mangos introduciéndolos en un cojín de espuma tubular.
Consejos sobre higiene diaria y vestido
En cuanto a la higiene diaria, conviene tener una silla o taburete con asiento elevado para el aseo delante del lavabo para mantener una buena postura. Se puede colocar una alfombra de caucho antideslizante en el suelo de la bañera y hacer instalar una barra de apoyo tanto en la ducha o bañera como en el WC que permita levantarse más fácilmente. También puede instalarse una banqueta dentro de la bañera para que pueda sentarse y así facilitar el baño.
Es aconsejable la ducha o baño diario, inspeccionando la piel, buscando áreas de roce como los codos, nalgas, talones y cabeza, sobre todo si tiene cierto grado de inmovilidad.
En cuanto al vestido diario, es preferible esperar a vestirse cuando la primera dosis de la medicación del día haya hecho efecto. Debe vestirse, siempre que pueda, sin ayuda, ya que constituye un ejercicio excelente. Si tiene dificultad para ponerse la camisa, puede colocar la prenda de frente, introducir los brazos en las mangas, levantar los dos brazos por encima de la cabeza y, después, pasar la cabeza por el cuello de la camisa o el jersey.
Usar ropa cómoda, sin botones, con cremalleras y amplias aberturas o cintura elástica también ayuda en esta actividad cotidiana.
Llevar un buen control de la medicación
Es imprescindible asegurarse de que el paciente tome su medicación a tiempo y de manera regular. De lo contrario, el equilibrio de químicos en su organismo puede alterarse, lo cual puede conducir a un empeoramiento de los síntomas y a necesitar un cuidado más intensivo.
Fomentar la comunicación
El Parkinson también tiene efectos sobre la capacidad del lenguaje. Por eso es importante que la persona cuidadora anime al paciente a seguirse comunicando, darle el tiempo necesario para terminar sus frases y usar un lenguaje claro y breve para dirigirse a él o ella.
Consejos ante los temblores
El temblor es una de los síntomas más habituales en los pacientes con Parkinson. A pesar de la conveniencia de llevar a cabo sesiones de fisioterapia, que reportan grandes beneficios a quienes padecen esta enfermedad, también es importante actuar ante un temblor en un momento concreto. Para ello, podemos apretar el codo de la extremidad afectada contra el lado para estabilizar la parte superior del brazo. Hay que intentar efectuar el movimiento lo más rápidamente posible con la mano.
Dar vía libre al movimiento
Las dificultades motrices y la rigidez de las articulaciones pueden provocar que las personas con Parkinson tengan más dificultades para moverse. Por eso, es importante eliminar obstáculos, conseguir una buena iluminación de las salas y, sobre todo en las fases más avanzadas, dar al paciente soportes en los que apoyarse para tener más estabilidad.
Adaptación del entorno
Respecto a la organización del entorno familiar o del hogar, la casa debe estar organizada de manera que no existan posibles peligros, como, por ejemplo, suelos pulidos, esteras o alfombras no fijadas, cables eléctricos que cuelguen o desorden general. Los muebles han de situarse de manera que el paciente no pueda tropezar. Es conveniente tener en lugar de un sillón, del que puede resultar difícil levantarse, una silla estable con respaldo alto. Si le resulta difícil ponerse de pie, puede diseñarse una silla expulsora.
En el dormitorio conviene que la cama tenga una altura adecuada. Si es demasiado alta, se pueden cortar las patas y si es demasiado baja, añadir un suplemento. Asimismo, la utilización de sábanas y pijamas de satén puede facilitar la movilización. Se puede reducir el peso de las mantas usando un edredón ligero o elevando la ropa de la cama, colocando al pie una caja de cartón.
Por otro lado, en la cocina tampoco debe haber ningún obstáculo por el suelo. Los utensilios deben ser fácilmente accesibles, y si es necesario, se deben modificar las alturas de las estanterías para que estén más a mano. Para preparar alimentos, los pacientes deben encontrarse en buenas condiciones, y si es posible, utilizar elementos que no se rompan. Conviene disponer de una buena remesa de alimentos envasados.
Estrategias emocionales para el cuidador
El cuidador principal, en muchas ocasiones el familiar más allegado, es quien sufre la sobrecarga del cuidador, acompañada de fatiga, estrés y, en algunos casos, depresión.
La sobrecarga a la que se hayan expuestos los cuidadores se manifiesta a través de malestar emocional, tristeza, fatiga y malestar social, lo que se asocia a síntomas depresivos en más del 50 % de los casos, según un estudio realizado por COPPADIS, en el que también se comprobó que el estado de ánimo de la persona con párkinson es el factor principal que afecta al estado de ánimo del cuidador.
La terapia psicológica es importante para combatir este síndrome del cuidador. En la consulta tienen un espacio para reflexionar y ser ayudados. En sesiones individuales se tratan todas las necesidades que tenga la persona cuidadora, respondiendo dudas que suelen ser comunes a los cuidadores-familiares.
Esta terapia es muy aconsejable porque la psicología aplicada a cuidadores de párkinson puede ayudar a prevenir y tratar problemas mayores anteriormente mencionados como son la depresión, la ansiedad y el estrés.
También son útiles y cada vez más comunes las redes de cuidadores y las terapias en grupo, reuniones de un número limitado de personas en fases similares, conducidas por profesionales expertos en párkinson y psicología, donde se comparten experiencias y se aprenden cuidados para adaptarse a la enfermedad.
Está recomendado para personas con más autonomía, que puedan compartir sus vivencias y estén dispuestas a aprender nuevos recursos y, más importante, a comprender que no están solos en la lucha contra el párkinson; que hay otras personas que conviven con el párkinson y luchan día a día.
Actividades beneficiosas para enfermos de Parkinson
En el cuidado diario de pacientes con Parkinson, las actividades para adultos mayores, tanto físicas como mentales, desempeñan un papel fundamental. A continuación, os proponemos una serie de ejercicios adecuados para personas mayores con Parkinson:
- Caminatas suaves: Caminar es una forma efectiva y de bajo impacto para mejorar la salud cardiovascular y mantener la movilidad. Puedes empezar con paseos cortos y aumentar gradualmente la duración y la velocidad a medida que te sientas más cómodo.
- Ejercicios de silla: Muchos ejercicios de fuerza y flexibilidad se pueden adaptar para realizarse desde una silla. Levantar pesas ligeras o hacer movimientos de piernas y brazos mientras estás sentado puede ayudar a fortalecer los músculos y mantener la agilidad.
- Estiramientos: Realizar estiramientos simples y suaves puede ayudar a mantener la flexibilidad de las articulaciones y reducir la tensión muscular. Estos estiramientos se pueden hacer desde una posición cómoda y segura.
- Taichí: Esta práctica combina movimientos lentos y fluidos con técnicas de respiración, lo que mejora el equilibrio y la flexibilidad. Las clases de taichí suelen adaptarse para personas mayores y se pueden realizar a un ritmo cómodo.
- Yoga para principiantes: El yoga puede mejorar la flexibilidad, la fuerza y la relajación mental. Busca clases diseñadas específicamente para principiantes o para personas mayores, que se centren en posturas suaves y movimientos controlados.
- Juegos cognitivos: Los ejercicios mentales para personas con Parkinson ayudan a mantener la mente activa. Juegos para personas con Parkinson de memoria: sudokus, crucigramas y rompecabezas pueden ser ejercicios mentales divertidos y beneficiosos.
Consejos para cuidadores de personas con Parkinson
Quienes se encargan del cuidado y la atención diaria de los enfermos con Parkinson están expuestos a un estrés y una actividad muy exigente a la que deben enfrentarse con una serie de recursos, especialmente para evitar problemas psicológicos y el síndrome del cuidador quemado.
Así, os proponemos una serie de consejos a llevar a cabo por estos cuidadores, en la mayoría de los casos, familiares directos de los pacientes:
- Educarse sobre la enfermedad: Aprenda todo lo que pueda sobre el Parkinson, sus síntomas y tratamientos disponibles. Cuanto más sepa, mejor podrá comprender y apoyar a su ser querido.
- Establecer una rutina diaria: Las personas con Parkinson pueden beneficiarse de una rutina diaria que incluya ejercicio, terapias y actividades sociales. Esto puede ayudar a reducir la fatiga, mejorar el estado de ánimo y mantener el cerebro activo.
- Fomentar la independencia: Anímelo a realizar actividades por sí mismo siempre que sea posible. Esto no solo mantiene su autonomía, sino que también puede mejorar su autoestima y calidad de vida.
- Comunicarse eficazmente: Hable con su ser querido y con gente de su entorno sobre sus necesidades y preocupaciones. Escuche con empatía y ofrezca apoyo emocional.
- Cuidarse a sí mismo: Ser cuidador es una labor intensiva y emocionalmente exigente. Asegúrese de cuidar de su propio bienestar físico y emocional, buscando apoyo y tomándose tiempo para descansar y recargar energías.
Palabras finales
Cuidar a una persona con Parkinson es una tarea que requiere atención, empatía y conocimiento. Implementar pequeños cambios en la alimentación, adaptar el entorno y fomentar la comunicación no solo mejora la calidad de vida del paciente, sino que también alivia la carga para los cuidadores. Además, apoyarse en estrategias emocionales y actividades adaptadas puede marcar una gran diferencia en el día a día.
Si deseas profundizar más en este tema, sigue explorando nuestra sección de consejos prácticos en «Cuidar al Mayor«. Encontrarás información detallada y recursos que te ayudarán a abordar el cuidado de tus seres queridos con confianza y tranquilidad. ¡Visítanos y da el primer paso hacia un cuidado integral y efectivo!