Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. En 2019 esta fecha está dedicada a la prevención del suicidio y lleva por lema “Conect@ con la vida”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”. La salud mental incluye el bienestar emocional, psicológico y social, afecta a la forma de pensar, sentir y actuar, y determina las relaciones sociales, la toma de decisiones y el manejo del estrés.
En lo que respecta a las personas mayores, según datos de la OMS, el 15% de los adultos mayores de 60 años presenta algún problema de salud mental. Las personas más propensas a tener estos trastornos son las mujeres, las personas que viven solas y las que tienen algún tipo de discapacidad o enfermedad física. Por su parte, las enfermedades mentales más comunes en los adultos mayores son la demencia y la depresión.
Existen varios factores que influyen en la aparición de trastornos mentales en los mayores:
- Falta de salud física y limitaciones funcionales. La salud mental y la salud física son complementarias e inciden la una sobre la otra, es decir, una persona que tenga una mala salud física tendrá más posibilidades de desarrollar problemas de salud mental y viceversa.
- La existencia previa de discapacidades, las cuales dificultan las relaciones sociales y la participación en la vida activa, y muchas veces desembocan en depresión.
- Factores económicos y sociales que aumentan su vulnerabilidad: por ejemplo, la pérdida de nivel adquisitivo, de relaciones sociales…
La salud mental de los mayores se puede mejorar mediante la adopción de hábitos saludables que aportan numerosos beneficios:
- Realizar ejercicios de agudeza mental como leer, hacer crucigramas, sudokus o jugar al ajedrez, entre otros. Es importante mantener el cerebro activo en personas mayores ya que favorece la estimulación de éste y la creación de conexiones neuronales.
- Practicar ejercicio físico y tener un estilo de vida activo ayuda a dormir y descansar mejor, descargar el estrés, reducir los estados depresivos y mejorar la circulación, la tensión arterial, el peso, el colesterol, etc.
- Seguir una dieta saludable y comer alimentos ricos en ácidos grasos, vitaminas y minerales es beneficioso tanto para el cerebro como para el estado de ánimo. Se recomienda comer nueces, almendras, pescado azul, fruta, verdura, etc.
- Mantener relaciones sociales e interactuar con la gente para romper con la rutina y evitar la soledad, el aislamiento y la depresión.
- Fomentar la autonomía para que se sientan útiles y autosuficientes.
En Amavir promovemos la salud mental de nuestros residentes con la realización de talleres y actividades que mantienen activo su cerebro, además de la práctica de ejercicios físicos para conservar su autonomía funcional. Asimismo, ofrecemos una dieta sana y equilibrada con alimentos que aportan beneficios tanto al cerebro como al resto del cuerpo.