Antes de lanzarse a la aventura de contratar los servicios de una empresa privada o de un particular, conviene acudir a los servicios sociales del Ayuntamiento de la localidad en la que reside el mayor. La asistencia domiciliaria a mayores es competencia de las administraciones públicas que, generalmente, la prestan mediante personal municipal encargado de este cometido o articulando los convenios firmados con empresas privadas u organizaciones como Cáritas o Cruz Roja. Esta es la mejor manera de recibir asesoramiento y conocer plazos, requisitos y trámites para solicitar la ayuda.
En qué consiste la asistencia domiciliaria y a quién va dirigida
La asistencia a domicilio, servicio gestionado desde el Ayuntamiento u otra entidad pública, va dirigida a aquellas personas mayores de 65 años que presenten dificultades de autonomía personal requiriendo algún tipo de apoyo, y a los discapacitados empadronados en el municipio correspondiente que necesiten tanto asistencia física como emocional. Este servicio busca garantizar la máxima tranquilidad de la familia, sabiendo que los mayores se encuentran en buenas manos y disfrutando del calor de su hogar. Cabe destacar que la asistencia domiciliaria no es lo mismo que la ayuda a domicilio a personas mayores, ya que van dirigidas a perfiles diferentes.
Requisitos para acceder a la asistencia domiciliaria a mayores
Ahora bien, no todas las personas mayores son candidatas a la concesión de esta ayuda pública, ya que los servicios sociales exigen el cumplimiento de una serie de requisitos que se utilizan para baremar las solicitudes, tales como:
- El grado de autonomía para valerse por sí mismo.
- La existencia o no de familiares que puedan prestar ayuda y su grado de parentesco.
- La capacidad económica del solicitante.
Contratar asistencia domiciliaria a mayores: qué debemos tener en cuenta
En la actualidad, el envejecimiento de la población en España se sitúa como una tendencia cada vez más creciente, por lo que la proporción demográfica de personas dependientes y de avanzada edad que precisan de estas ayudas es cada vez mayor y va en aumento. Por ello, mecanismos actuales como la ley de dependencia sirven para garantizar el cuidado de las personas dependientes.
Si la opción es la de contratar profesionales que desarrollan su labor fuera del ámbito público, es importante no seleccionar a la ligera a la persona que va a prestar el servicio. Para hacer bien este trabajo, se requiere:
- Preparación profesional.
- Amplia experiencia en dependencia.
- Titulación reglada.
El cuidado de los mayores no se puede dejar en manos de cualquiera. Además, si el anciano sufre alguna enfermedad para la que es necesaria la inyección de medicamentos, la realización de curas o la manipulación de sondas, su cuidado no puede quedar bajo la responsabilidad de una persona con una formación insuficiente o sin experiencia.
- Hay que exigir a los candidatos que muestren referencias de los puestos de trabajo desempeñados con anterioridad.
- Se deben pedir sus títulos de capacitación. Recordemos que la formación apropiada es la de Auxiliar de Enfermería, Clínico o Geriatría, así como la titulación de Ayuda a Domicilio.
La realización de entrevistas personales para conocer a los candidatos y comprobar ciertos aspectos de su personalidad, ayuda a acertar en la elección. Una persona abierta, de carácter animado y tranquilo, con mucha paciencia y gran capacidad de escucha es un perfil muy apropiado. Pero lo más importante es la motivación del profesional hacia este trabajo tan particular.
- Es recomendable que el candidato y la persona mayor que debe ser atendida se conozcan durante el desarrollo de la entrevista.
- La opinión del anciano ha de tenerse también en cuenta.
Una vez se haya tomado la decisión, conviene firmar un documento oficial en el que se formalice la jornada laboral, los servicios que el cuidador debe prestar, el sueldo que percibirá y el periodo de vacaciones que disfrutará. Pese a que no es una tendencia dominante en el sector, lo recomendamos encarecidamente.
Ventajas de la asistencia domiciliaria a mayores
La principal ventaja de ser beneficiario de este servicio público es contar con las garantías y el respaldo en seguridad que aporta saber que detrás de la persona que entra en casa está el Ayuntamiento u otra entidad pública. Además, es la opción más barata, puesto que las tarifas pueden ser gratuitas o representar una pequeña proporción del coste total de la ayuda.
La asistencia a domicilio puede ser de gran ayuda para la persona que lo necesita y para el resto de la familia al repercutir en su bienestar, satisfacción y seguridad. De esta forma, se permite a la persona continuar cerca de su familia, manteniéndolos en su entorno habitual. Esto contribuye a su felicidad, a su desarrollo cognitivo y a seguir socializando con su alrededor.
Asimismo, este tipo de ayuda es tan importante porque se abordan diferentes tareas pensadas para dar cobertura a todos los aspectos básicos que resulten necesarios en la situación del mayor. Estos dependerán en gran medida de las necesidades y posibilidades del paciente en cuestión, destacándose servicios como:
- Acompañamiento, escucha y refuerzo de la autoestima.
- Desarrollo de actividades de ocio dentro y fuera del hogar, con el fin de contribuir al envejecimiento activo de la persona.
- Atención personal: ayuda en el aseo de la persona, en las movilizaciones y cambios posturales.
- Apoyo en la alimentación, adaptándose a las dietas que hayan sido prescritas a la persona, así como amoldándose también a sus necesidades nutricionales específicas.
- Administración de la medicación correspondiente, curas o manipulación de sondas.
- Actuaciones de carácter preventivo y complementario como trabajo social, fisioterapia, psicología y enfermería.
- Educación en hábitos saludables y buenas prácticas.
El servicio de asistencia a domicilio sirve como un pilar fundamental en todas aquellas tareas y actividades domésticas, sanitarias y sociales que garanticen la independencia y autonomía de la persona mayor. Gracias a este servicio se le proporcionan la atención sociosanitaria y los cuidados necesarios y adaptados a su ritmo de vida y al de su familia. Además, le ayudará a mantener su calidad de vida y a evitar cualquier contratiempo que pueda poner en riesgo su independencia.