La práctica de diferentes actividades artísticas aporta grandes beneficios a las personas mayores. Disciplinas como la pintura y la música generan una mejora de su salud y de su calidad de vida. Les ayudan a ser creativos, a expresarse en otro lenguaje, a mejorar su concentración, a conectarse con lo espiritual y a relacionarse. Se consigue un envejecimiento activo ya que también se estimulan su actividad cerebral y su inteligencia emocional y se incrementa su autoestima.
Varios estudios sobre el tema han demostrado que cuando los mayores se involucran en actividades culturales disminuye su depresión, corren menos riesgos de caerse y necesitan con menos frecuencia la asistencia de los médicos. Según los especialistas, participar en actividades culturales estaría relacionado con la disminución de la presión arterial y de los niveles de estrés y con la liberación de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad.
La pintura es una de las ramas del arte que más beneficios aporta a los mayores. Les ayuda a ejercitar las capacidades de concentración, perseverancia, paciencia, disciplina y creatividad. Además, calma su temperamento nervioso, disminuyen los temblores y les ayuda a trabajar la precisión manual. Gracias a todo esto, mejora su nivel emocional y están más alegres.
Por otra parte, mejora la comunicación y facilita la expresión de los sentimientos a través de formas explícitas o abstractas. Esto es importante, sobre todo, para personas que tienen dificultades de comunicación, que sean tímidas o que tengan alguna discapacidad.
También aporta beneficios en la motricidad gracias a la estimulación que genera la utilización de las propias manos o de elementos externos como pinceles, lápices… Además, con la pintura se desarrolla la parte derecha del cerebro, responsable de la creación y de la imaginación.
La música, por su parte, también tiene una gran incidencia en el bienestar físico y psicológico. Según los expertos existe un fuerte vínculo entre el cerebro y la música a través de las conexiones neuronales. Los resultados de varios estudios refuerzan la idea de que experimentar activamente la música y los sonidos a lo largo de la vida tiene un profundo efecto en el funcionamiento del sistema nervioso.
Según estos estudios, se podría potenciar el procesamiento mental mediante el entrenamiento musical, incluso en etapas avanzadas de la vida. También se obtendrían beneficios como la reducción de la pérdida de memoria vinculada al envejecimiento, debido a que las regiones cerebrales implicadas en la práctica musical también se utilizan para funciones como la memoria o el lenguaje.
Además, escuchar música mejora el aprendizaje, la comunicación y el humor. También ayuda a aliviar el dolor crónico en los mayores, a superar estados de depresión y de angustia y a mejorar el equilibrio y evitar el riesgo de caídas.
En Amavir somos conscientes de los beneficios que aporta la práctica de actividades culturales. Por ello, organizamos diversas acciones en las que nuestros residentes tienen la oportunidad de involucrarse en el arte: talleres de manualidades, clases de pintura, exposiciones con obras creadas por nuestros residentes, conciertos en nuestros centros… Gracias a estas actividades, nuestros mayores desarrollan su imaginación, su capacidad de comunicación y de relacionarse y su psicomotricidad.