Según la OMS, la demencia senil no se trata de una consecuencia inevitable del envejecimiento, sino que puede ser causada por diversas enfermedades y lesiones que afectan a ciertas zonas del cerebro de forma primaria o secundaria, como ocurre con la enfermedad del Alzheimer.
Conoce las fases de la demencia senil, los primeros síntomas de este síndrome y cómo lo tratamos en nuestros centros y residencias.
¿En qué consiste la demencia senil?
Tal y como se indica desde la Organización Mundial de la Salud: la demencia senil es un síndrome, generalmente de naturaleza crónica o progresiva, que se caracteriza por el deterioro cognitivo, físico y funcional, siendo una de las principales causas de dependencia entre las personas mayores.
Por su parte, la OMS también indica que la forma más común de demencia es el Alzheimer, con un 60% y 70% de los casos. No obstante, hay distintos tipos de demencia senil, etapas y, en función de ello, tratamientos. Por lo tanto, es fundamental conocer la diferencia entre el Alzheimer y la demencia para aplicar los cuidados correspondientes de forma correcta y personalizada.
Primeros síntomas de la demencia senil
Detectar los primeros síntomas de la demencia puede ser clave para saber cómo calmar a una persona con demencia senil. Para ello, hay que identificar cuáles son las etapas de la demencia senil, ya que la sintomatología es distinta en cada una de ellas:
Demencia senil en la etapa temprana o leve
El síndrome suele pasar desapercibido a tener un desarrollo progresivo. Los principales síntomas en esta etapa son:
- Tendencia al olvido de nombres de personas conocidas recientemente o de la ubicación de los objetos (cartera, llaves, bolso…)
- Pérdida de la noción del tiempo
- Desorientación espacial
- Dificultad para encontrar palabras adecuadas para mantener una conversación
Demencia senil en la etapa intermedia o moderada
Conforme la demencia va evolucionando, las señales son más evidentes, ya que suelen padecer los siguientes síntomas:
- Olvido de acontecimientos y conversaciones recientes
- Olvido de nombres de las personas conocidas
- Desubicación hasta en su propio hogar
- Desconocimiento de la fecha o año
- Mayor dificultad para comunicarse
- Aumento de la dependencia en el día a día (en el aseo, en la limpieza del hogar…)
- Cambios conductuales como el aislamiento social
Demencia senil en la etapa tardía o avanzada
Es la última fase de la enfermedad, donde la dependencia llega a su punto álgido y la alteración de la memoria es tan grave que se evidencia la demencia senil. Los síntomas de esta etapa son:
- Incremento de la desorientación espacio-temporal
- Gran dificultad para reconocer a seres queridos y no solo sus nombres
- En ocasiones, puede darse que no se reconozca a sí mismo
- Necesidad de ayuda en actividades cotidianas sencillas
- Complejidad para caminar y hacer movimientos rutinarios
- Posible desarrollo de enfermedades físicas como la disfagia en el anciano
- Trastornos del comportamiento y conducta social
- Desarrollo de conductas agresivas o tendencia al aislamiento
- Pérdida de la capacidad de comunicación
¿Cuáles son las 7 etapas de la demencia senil?
Así pues, la persona con demencia presenta unos síntomas u otros en función de la etapa en la que se encuentre y estos se van agravando con el tiempo. Asimismo, como el síndrome evoluciona, los expertos diferencian siete etapas de la demencia senil. Sin embargo, no existe un tiempo concreto para el paso de fases, ya que es multifactorial y depende de la persona mayor, su estado de salud, su genética, entre otros factores.
Ausencia de deterioro cognitivo
La mayoría de los ancianos se encuentran en esta fase inicial, donde no hay signos evidentes de demencia ni de afecciones cerebrales. Fases como la siguiente ya son indicativas de la enfermedad, puesto que esta primera únicamente se caracteriza por ligeras pérdidas de memoria y no existen señales claras de deterioro cognitivo.
Déficit de memoria asociado a la edad
El déficit de memoria asociado a la edad se relaciona con el propio envejecimiento, se da con la memoria reciente y suelen ser específicos frente a situaciones concretas, por lo que no es atribuible a la demencia. Por ejemplo, se puede observar con la confusión del nombre de los hijos o nietos o el olvido de lo que se ha comido en el día.
No obstante, los especialistas en el cuidado al mayor alientan de que la observación en esta fase es muy importante, pues la detención temprana es clave para paliar los ya comentados síntomas del deterioro cognitivo o el desarrollo de demencia senil.
Deterioro cognitivo leve
En esta fase ya se empiezan a detectar los signos de la pérdida de memoria y la dificultad de para realizar actividades rutinarias. Los ancianos comienzan a desarrollar dificultades para orientarse, mantener la atención y retener la información. Aunque en esta tercera fase no se puede hablar de demencia, sí se puede hablar de las probabilidades de acabar desarrollándola aumentan notablemente.
Demencia leve o temprana
La cuarta fase se caracteriza porque el deterioro cognitivo ya ha derivado en el inicio de la propia demencia. Las señales son los problemas graves en cuanto a la memoria y a la funcionalidad que acaban desembocando en cambios conductuales y de personalidad del anciano. Según el consenso científico-académico, esta fase suele durar aproximadamente dos o tres años, sin embargo, todo depende de la propia persona.
Demencia moderada
Esta fase se suele denominar fase intermedia y suele caracterizarse por el incremento de la dependencia del adulto mayor. La persona con demencia empieza a necesitar ayuda en actividades rutinarias como el aseo personal, pagar la compra, hablar por teléfono, la limpieza del hogar, entre otras.
Demencia moderadamente severa
La demencia moderadamente severa es el punto de inflexión en las fases hacia la gravedad de la enfermedad. La dependencia se incrementa a grandes niveles, precisándose ayuda durante todo el día, por lo que se recomienda el cuidado y atención por parte de especialistas en centros de día o residencias para mayores. Y es que en esta fase comienzan a desarrollarse dificultades en la funcionalidad y la cognición, apareciendo lo que se conoce como demencia senil agresiva, ya que la agitación y los trastornos de conducta son recurrentes. Asimismo, pueden llegar a aparecer delirios.
Demencia severa o avanzada
La última fase de la demencia senil ya es determinante, puesto que la persona pierde capacidades motoras, psicomotrices, cognitivas, de atención, emocionales… En esta etapa la persona mayor suele estar en cama con cuidado constante, puesto que el grado de dependencia es muy grande. Los delirios y las ilusiones suelen estar a la orden del día y se suelen agravar con otras afecciones derivadas del deterioro cognitivo.
Cómo se trata la demencia senil en Amavir
En esta línea, el tratamiento de la demencia senil varía en función de la fase en la que se encuentre la persona. Desde las residencias de ancianos de Amavir, recomendamos prestar especial atención al desarrollo de los primeros síntomas para hacer el correcto diagnóstico y crear un plan integral e individualizado de tratamiento. Asimismo, se aconseja que el seguimiento sea de la mano de un equipo multidisciplinar como hay en sus centros.
Los centros y residencias especializadas en demencia son la mejor opción para las familias, ya que se trata de enfermedades complejas. En los centros de día para personas con Alzheimer o con ciertas demencias se persigue retrasar al máximo el momento de demencia del Alzheimer para reducir el grado de dependencia del residente y cuidar su sentimiento de utilidad. Para ello, se precisa controlar los factores de riesgo como, por ejemplo, el factor cardiovascular con actividades de envejecimiento activo o el cognitivo y psicológico con terapia ocupacional.