En este post de Amavir, te damos a conocer todo lo que necesitas sobre las causas de la hiposmia y la anosmia en personas mayores. Si te interesa, ¡sigue leyendo y no pierdas detalle!
Los trastornos del olfato tienen un impacto importante en la calidad de vida de los pacientes. Junto al gusto, el olfato es considerado como un sentido químico que ayuda a percibir información esencial de nuestro entorno.
La hiposmia está presente en torno al 20-30 % de los individuos mayores de 65 años y puede aumentar hasta el 75 % en mayores de 80 años, con mayor incidencia en los hombres. Según los datos de 2022 de la Sociedad Española de Otorrinolaringología, aproximadamente 400.000 personas viven sin olfato en España. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud estima que la anosmia afecta al 5 % de la población mundial.
Además, es destacable que la disfunción sensitiva presenta una incidencia mayor en ancianos con patologías previas. Así, en los pacientes con enfermedad de Alzheimer, Parkinson o cualquier otra demencia, la pérdida de la capacidad olfativa puede afectar a casi un 90 % de los diagnósticos.
Diferencias entre hiposmia y anosmia
Existen diversos tipos de trastornos o alteraciones del olfato, siendo las más conocidas la hiposmia y la anosmia. La principal diferencia entre ambos términos es sencilla:
- La hiposmia se identifica con una disminución general del sentido del olfato, mientras que la anosmia hace referencia a la pérdida total del olfato.
También existen otras disfunciones para detectar olores:
- Parosmia, relacionada con una mala o errónea interpretación de los olores: los considerados como olores agradables, como la fruta, el café, son percibidos por la persona en cuestión como desagradables (basura o descomposición de alimentos, huevos podridos o alimentos en mal estado, etc.).
- Cacosmia, es una alucinación del olfato y la preferencia por olores comúnmente considerados desagradables.
- Fantosmia, detección de olores que no existen o de “olores fantasma” no presentes en el ambiente.
- Anosmia congénita. En ocasiones, las personas pueden nacer sin el sentido del olfato, fenómeno denominado anosmia congénita.
¿Qué es la hiposmia?
La disminución o pérdida parcial del olfato se denomina hiposmia. La detección es un factor determinante en los casos de pacientes con hiposmia. Una gran cantidad de ellos no perciben su disfunción olfatoria hasta que esta se encuentra ya muy avanzada y ha deteriorado significativamente su calidad de vida.
En este sentido, es destacable una investigación realizada en Estados Unidos que reflejó, a raíz de una muestra representativa de adultos mayores, que el 74 % de los pacientes con pruebas olfatorias alteradas no era consciente de su disfunción.
¿Qué es la anosmia?
La anosmia es la falta o ausencia completa de olfato y tiene una repercusión significativa en la vida diaria de las personas.
Así, la mayoría de las personas con anosmia pueden probar sustancias saladas, dulces, ácidas y amargas, pero no pueden describir la diferencia entre sabores específicos. La capacidad de distinguir los sabores en realidad depende del olfato, y no de los receptores del gusto de la lengua. Por lo tanto, las personas con anosmia a menudo se lamentan de haber perdido el sentido del gusto y de no disfrutar de la comida. Para contrarrestarlo, intentan aumentar el sabor de los alimentos, agregando sal, endulzantes o especias, y dando mayor relevancia a las texturas.
En este caso, los pacientes con anosmia presentan mayores problemas de autoestima y síntomas depresivos. Son comunes las dificultades en áreas como la ingesta y preparación de alimentos, seguridad, higiene personal y vida sexual. Asimismo, presentan dificultades para percatarse de algunas situaciones peligrosas como fugas de gas o humo, lo que contribuye a un sentimiento de vulnerabilidad y aislamiento constante. Este tipo de pacientes puede experimentar depresión, por la limitación de sus actividades cotidianas y una desregulación emocional persistente. La importancia de las emociones en la edad adulta es un aspecto integral que afecta a la calidad de vida del mayor y que hay que tener en cuenta en este tipo de trastornos.
Causas de la hiposmia en personas mayores
Además de ser uno de los síntomas frecuentes del coronavirus, también puede producirse o estar relacionada con una multiplicidad de factores: traumatismos, lesiones craneoencefálicas, enfermedades nasales o paranasales, párkinson, alzhéimer, la ingesta de algunos fármacos y por diversas infecciones víricas.
La hiposmia puede estar relacionada con enfermedades o lesiones recientes. Entre las causas más comunes se pueden encontrar:
- El envejecimiento.
- Infecciones de los senos paranasales (sinusitis) y de las vías respiratorias superiores.
- Hábitos perjudiciales para la salud como fumar.
- Lesiones cerebrales.
- Problemas dentales.
- Exposición a productos químicos, como insecticidas y solventes.
- Toma de medicamentos, antibióticos y antihistamínicos comunes.
- Radiación para tratamiento de cáncer.
- Trastornos que afectan al sistema nervioso.
Causas de anosmia en mayores
La anosmia puede ser fruto de diversas causas. Una de las más habituales es la poliposis nasal, una enfermedad inflamatoria del tracto respiratorio superior que produce el crecimiento de pólipos nasales en las fosas nasales y los senos paranasales.
El deterioro del olfato —y del gusto— es uno de los efectos más característicos de la poliposis, además de uno de los que más impactan en el día a día de las personas que conviven con esta patología. También lo hacen la obstrucción de las vías respiratorias y la congestión nasal, la secreción nasal anterior y posterior persistente y el dolor facial. Debido a estos signos y síntomas, las personas con poliposis nasal pueden experimentar desde dificultad para respirar hasta emociones negativas o dificultades para dormir e interactuar social y profesionalmente.
Las alergias y las infecciones de las vías respiratorias también son causas frecuentes de pérdida de olfato. Entre un 20 % y un 40 % de los pacientes con rinitis alérgica sufren disfunción olfativa, un trastorno que aumenta con la duración y gravedad de la enfermedad. La rinitis es una causa importante por el edema de la mucosa nasal que se genera.
Asimismo, tras un cuadro catarral de vías altas también se puede producir una lesión del epitelio o de las neuronas olfatorias. Otras causas de pérdida de olfato que se engloban dentro de las sensoriales son las producidas por una destrucción del neuroepitelio olfatorio, como podría ocurrir con la inhalación de químicos tóxicos, como en el caso de incendios próximos a términos municipales.
¿Se puede recuperar el olfato en la tercera edad?
La mayoría de los casos de pérdida del gusto y el olfato asociada a infecciones respiratorias indican mejoría en los síntomas después de varias semanas. No obstante, en algunos casos la hiposmia puede prolongarse durante meses. Si los síntomas no mejoran después de tratar la causa del trastorno o pérdida del olfato, hay que acudir a la atención médica especializada
Los trastornos del olfato y del gusto son diagnosticados por un otorrinolaringólogo, que pueden llevar a cabo diferentes evaluaciones o entrenamientos sobre estos sentidos. Algunas pruebas miden la cantidad más pequeña de olor que se puede detectar. Otros tratamientos consisten en un folleto de papel con páginas que contienen gotas diminutas llenas de olores específicos. La prueba implica oler dos veces al día durante 10-20 segundos por un período de tres meses mínimo. La atención médica para cada paciente también puede recomendar una serie de estrategias para lidiar con el problema (por ejemplo, suele ser de ayuda limpiar correctamente el interior de la nariz e irrigar la zona con una solución salina). Asimismo, los médicos pueden prescribir esteroides sistémicos o tópicos para reducir cualquier inflamación que pueda contribuir a la pérdida del olfato.
En definitiva, el diagnóstico por un médico es importante para identificar y tratar la posible causa del trastorno del olfato. Las residencias de mayores cuentan con profesionales especializados en todo tipo de ámbitos. En los centros de Amavir disponemos de un equipo médico y sanitario cualificado y especializado en geriatría que asesorarán y controlarán las distintas disfunciones que pueden producirse en la tercera edad, a través de un seguimiento y Plan de Atención Individualizado para cada uno de nuestros residentes.
Causas de la hiposmia y su impacto psicológico: Más allá de la pérdida del olfato
La hiposmia, o disminución parcial del sentido del olfato, puede desencadenarse por diversas causas, desde infecciones virales y lesiones hasta enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, más allá de la dificultad para percibir olores, este trastorno sensorial puede tener un impacto psicológico significativo en quienes lo padecen.
El peso emocional de la hiposmia
La pérdida del olfato no solo afecta la capacidad de disfrutar de los alimentos y los aromas, sino que también puede tener un impacto psicológico considerable:
- depresión y ansiedad: La hiposmia puede desencadenar sentimientos de tristeza, aislamiento y pérdida de control, aumentando el riesgo de depresión y ansiedad.
- Cambios en la identidad: El olfato está estrechamente ligado a la memoria y las emociones. La pérdida de este sentido puede alterar la percepción de uno mismo y del mundo.
- Problemas de seguridad: La incapacidad para detectar olores peligrosos, como fugas de gas o alimentos en mal estado, puede generar ansiedad y miedo.
- Dificultad en las relaciones: La hiposmia puede dificultar la interacción social y la intimidad, ya que el olfato juega un papel importante en la atracción y la conexión emocional.
Abordando el impacto psicológico
Es fundamental reconocer y abordar el impacto emocional de la hiposmia. Buscar apoyo psicológico, unirse a grupos de apoyo y aprender estrategias de adaptación pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida de quienes viven con este trastorno.
¿Preocupado por la pérdida de olfato?
Si experimentas una disminución en tu capacidad olfativa, no dudes en consultar a un especialista. Un otorrinolaringólogo puede evaluar tu caso, determinar las causas de la hiposmia y recomendar opciones de tratamiento.
Recuerda: ¡La hiposmia es más que una simple pérdida de olfato. No ignores el impacto psicológico que puede tener en tu vida!
Conclusión final
Las causas de la hiposmia en personas mayores pueden ser variadas, desde infecciones respiratorias y traumatismos hasta enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Sin embargo, más allá de la simple pérdida del sentido del olfato, la hiposmia puede afectar profundamente la calidad de vida, tanto a nivel físico como emocional.
El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son esenciales para mitigar sus efectos y mejorar el bienestar de los afectados. Si tú o un ser querido está experimentando dificultades para percibir olores, consulta a un especialista para evaluar las posibles causas y recibir un plan de tratamiento personalizado. ¡No subestimes el impacto de la hiposmia y actúa cuanto antes para mejorar tu calidad de vida!