También conocido como ictus o accidente vascular cerebral, es la obstrucción brusca de la llegada de sangre a una parte del cerebro por trombosis o embolia cerebral o bien por rotura de una arteria (hemorragia cerebral). Debido a la falta de sangre en el cerebro, se produce la muerte de la zona que se queda sin riego y las consecuencias es que queda paralizada la zona del cuerpo «dirigida o gobernada» por esa parte del cerebro.
Los factores de riesgo, es decir, las causas que pueden llegar a producirla son:
La hipertensión arterial. Es la principal y produce la arterioesclerosis (endurecimiento de las arterias por depósitos de colesterol), principal causa de las trombosis.
La diabetes en mayores (azúcar en la sangre) . El aumento del colesterol en sangre y el tabaquismo aumenta diez veces el riesgo de aparición de trombosis cerebral.
La fibrilación auricular (arritmia cardiaca)
favorece que los coágulos de sangre que se suelen formar dentro del corazón pasen a las arterias y produzcan las embolias cerebrales.
La edad. A mayor edad más riesgo de trombosis, probablemente por los cambios que se producen con los años en las paredes de las arterias (se vuelven más duras y menos elásticas).
- Las consecuencias y manifestacionesLas consecuencias de estos hechos pueden ser muy graves. El accidente vascular cerebral está situado entre las tres primeras causas de muerte y la primera de incapacidad motora. En los casos más graves las manifestaciones son muy evidentes: imposibilidad de mover la mitad del cuerpo (parálisis o hemiplejia), imposibilidad para poder hablar (afasia), pérdida o disminución de la conciencia, coma, etc.
Es importante conocer los amagos de trombosis que son
pequeñas trombosis o emboliasque apenas producen síntomas, pero que son un aviso de otras más graves. Son los llamados accidentes isquémicos transitorios y se suelen manifestar con alguno de los siguientes síntomas o signos: hormigueos en alguna parte del cuerpo, pequeña dificultad para hablar, ligera torcedura de la boca, pérdida transitoria de la visión, mareos, caída, ligera torpeza de algún miembro, etc. Si aparecen hay que acudir al médico de urgencias para que inmediatamente lo valore y le ponga el tratamiento adecuado para evitar así que ocurra una trombosis que le deje ya dañado.
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