La insuficiencia cardíaca en ancianos es una condición frecuente y una de las principales causas de limitación funcional en esta población. A medida que el corazón pierde su capacidad para bombear sangre de forma eficiente, los ancianos pueden experimentar síntomas como fatiga, dificultad para respirar y retención de líquidos, lo que impacta su calidad de vida. El diagnóstico temprano es esencial, ya que permite implementar un tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida y en algunos casos, procedimientos quirúrgicos.
Este artículo explora los factores de riesgo, síntomas comunes y las mejores prácticas para el manejo y prevención de la insuficiencia cardíaca en personas mayores. También se analizan los cuidados específicos que pueden ayudar a los pacientes y sus familias a gestionar esta condición de manera efectiva, mejorando su bienestar general y prolongando su autonomía
¿Qué es la insuficiencia cardíaca y cómo afecta a las personas mayores?
La insuficiencia cardíaca es una afección grave del corazón del paciente. Se produce cuando el corazón se debilita y no puede bombear sangre correctamente, dificultando a su vez el suministro a los tejidos del organismo de la sangre y el oxígeno que necesitan para funcionar.
A medida que el bombeo del corazón se vuelve menos eficiente, la sangre puede acumularse en otros puntos del cuerpo, afectando a los pulmones, el hígado, el sistema gastrointestinal y a las extremidades.
Primeros síntomas de insuficiencia cardíaca en ancianos
Los principales síntomas de la insuficiencia cardíaca en ancianos son dolor, disnea (dificultad para respirar), depresión, trastornos del sueño y ansiedad. También puede conllevar fatigabilidad, confusión, desorientación, manos y pies fríos y trastornos de conducta, entre otros.
También son síntomas iniciales comunes las manifestaciones vinculadas al riñón y al sistema nervioso central, donde pueden aparecer signos neurológicos de tipo focal o de estado de confusión.
A continuación, analizamos los síntomas más frecuentes de insuficiencia cardíaca:
- Disnea. En ancianos, la “sensación de falta de aire” es el síntoma tradicional, se vuelve cada vez más frecuente y limita en gran medida la actividad del individuo. En pacientes que no realizan esfuerzos con frecuencia, la disnea puede manifestarse de manera tardía y puede ser difícilmente identificable. La dificultad para respirar puede presentar también exceso de tos e incluso un pequeño silbido cuando se respira.
- Insuficiencia renal. El aumento de la necesidad de orinar ocurre principalmente por la noche y suele suceder debido a fallos en el riñón.
- Cansancio extremo. Otro de los síntomas más habituales es la fatiga y debilidad no justificadas ante esfuerzos pequeños. Ello provoca un aumento del cansancio y una disminución del estado de alerta.
- Retención de líquidos. Las personas que padecen insuficiencia cardíaca pueden protagonizar inflamación e hinchazón exagerada de piernas, brazos, tobillos, muñecas y abdomen.
- Aumento de la frecuencia cardíaca. También pueden producirse latidos rápidos e irregulares, taquicardia y palpitaciones elevadas.
Otros síntomas que hacen sospechar
Otros síntomas que pueden aparecer en residentes con insuficiencia son la astenia (debilidad o fatiga general), favorecida por el gasto cardíaco y que acaba produciendo hipofusión cerebral, hepática y renal. Además, en la fase terminal, son frecuentes la alteración de la coagulación, edemas y malestar.
Las principales sospechas de los profesionales sanitarios suelen basarse en la identificación de los síntomas. El diagnóstico se confirma en la exploración física, donde se puede constatar el pulso débil, presión arterial baja, ruidos y soplos cardíacos y acumulación de líquido en los pulmones.
No obstante, en ocasiones también pueden combinar la identificación de síntomas con la realización de determinadas pruebas, como la ecocardiografía (ecografía del corazón), realizada para evaluar la funcionalidad del corazón.
¿Qué cuidados debe tener una persona mayor con insuficiencia cardíaca?
Una vez diagnosticada la insuficiencia cardíaca, es preciso proceder al tratamiento correcto. Dicho tratamiento suele incluir cambios en el estilo de vida y administración de medicamentos específicos, que dependerán de la causa y los síntomas. Algunos pacientes necesitan someterse a una cirugía para abrir las arterias obstruidas o para colocar un dispositivo que ayude al corazón a funcionar mejor.
Además de todo ello, es importante seguir una serie de cuidados y recomendaciones para atender a las personas mayores que padecen insuficiencia cardíaca:
- Control del peso. Resulta imprescindible llevar un control estricto del peso del paciente, ya que el aumento de peso repentino puede alertar sobre una mayor gravedad de esta afección.
- Dieta baja en sal. Los profesionales y especialistas también deben controlar y sugerir una dieta baja en sal, adaptada al grado de insuficiencia cardíaca, edad y estado fisiológico del adulto mayor. Sin embargo, en pacientes de avanzada edad debe evitarse una dieta estricta sin sal porque podría provocar un desequilibrio biológico.
- Evitar las infecciones. Para estos casos también es indispensable evitar las infecciones. Por eso es tan importante que los ancianos con esta enfermedad se vacunen todos los años contra la gripe. Además, la vacunación neumocócica ayuda a evitar las infecciones respiratorias, peligrosas en los ancianos con insuficiencia cardíaca.
- Actividad física. La rehabilitación a través del ejercicio físico, además de una medida preventiva, resulta de gran utilidad en los pacientes afectados con este síndrome.
Las residencias de mayores Amavir y la atención de la insuficiencia cardíaca
Las residencias de mayores Amavir cuentan con los recursos materiales y humanos indispensables para atender las necesidades socio-sanitarias de los pacientes que sufren esta condición cardio-vascular crónica.
Las instalaciones nos permiten ofrecer un entorno seguro a todos los residentes, donde promover actividades saludables y el ejercicio físico que requieren para mantener un estilo de vida adecuado, así como los cuidados necesarios ante la amplia variedad de síntomas que pueden padecer.
Asimismo, el equipo de profesionales de atención médica de los centros Amavir, proporcionan un seguimiento médico personalizado, teniendo en cuenta las necesidades individuales de cada paciente y adaptándose a su ritmo y actividad rutinaria.
Los especialistas también brindan el apoyo ético y emocional que requieren este tipo de situaciones, compartiendo los posibles momentos de preocupación y escuchando las necesidades de los residentes, así como respetando sus deseos de reflexión y aceptación de la enfermedad. Además, los profesionales informan tanto al paciente como a sus familiares de las consecuencias de la enfermedad y de la importancia de seguir los tratamientos y recomendaciones para poder mejorar.