Intercambio intergeneracional: Beneficios para nuestros mayores
El ritmo de vida frenético que vivimos en la actualidad y un mundo centrado en la imagen de la eterna juventud provoca en no pocas ocasiones que nos olvidemos de nuestros mayores y que se nos olvide que, con suerte, algún día lo seremos nosotros. Por eso, enseñar a nuestros hijos la importancia de los abuelos como la base de la sabiduría y de la experiencia vital en la sociedad es clave para fomentar el respeto, la empatía y el afecto con nuestros mayores.
Para ello, es importante establecer relaciones sólidas entre niños y mayores, entre nietos y abuelos. Es evidente que ser coetáneo y no pertenecer a la misma generación supone un choque de diferencias, puntos de vista y actitudes ante la vida que solo se salvan compartiendo experiencia y generando confianza entre ellos.
En este contexto, cobran sentido los intercambios intergeneracionales. Se trata de proyectos que fomentan vínculos entre las diferentes generaciones con el fin de transmitir a los niños cultura y valores como el respeto, la convivencia y la empatía, y fomentar entre las personas mayores un sentimiento de utilidad y afecto, así como todos los beneficios terapéuticos, sociales, personales y emocionales que puedan surgir de dichas relaciones.
En este sentido, para las personas que padecen algún tipo de deterioro cognitivo, participar en estos programas es algo muy beneficioso ya que incrementan su actividad física y cognitiva, lo que mejora su movilidad y su memoria notablemente. Además, aumentan su sociabilidad que, a medida que envejecen, se suele ver castigada por los silencios, la somnolencia y la soledad; de alguna manera, este aumento de la actividad social detiene el proceso de envejecimiento y mejora la propia identidad.
En definitiva, el término abuelo-canguro permite impulsar una serie de experiencias compartidas, de posibilitar un aprendizaje mutuo que suscite la admiración de los más pequeños por los abuelos y que estimule el sentimiento de utilidad en los mayores. Solo de esta forma pueden despertarse sentimientos de cariño que fortalezcan los lazos entre generaciones que permitan perpetuar el respeto, la experiencia y la sabiduría.