Según un estudio de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), este 2022 han sido más de 100.000 los afectados por neumonía. Algunos de los principales síntomas que experimentan las personas que padecen esta enfermedad son tos constante, escalofríos, fiebre, dolores de cabeza, cansancio y taquicardias. Los problemas respiratorios suelen ser frecuentes en los adultos mayores y, de hecho, la neumonía en personas mayores de 80 años es muy común. Por eso es necesario informar sobre este tema.
¿Qué es exactamente la neumonía? ¿Hay tratamientos? ¿Qué cuidados son los indicados para ancianos? Sigue leyendo y no pierdas detalle.
¿Qué es la neumonía?
La neumonía es una patología respiratoria, concretamente una inflamación que afecta directamente al pulmón. Se produce porque los microorganismos que se encuentran en el interior de los alvéolos se multiplican, llenándose de líquido. También se puede producir por una bacteria, hongo o virus. Por ejemplo, el virus de la gripe puede causar una neumonía si no es tratado correctamente; convivir con humedades en casa, puede provocar la aparición de hongos que afecten al sistema respiratorio.
Todo ello, deriva en que la persona mayor presente ciertas dificultades al respirar, pudiendo ser peligroso. Existen diferentes tipos de neumonía, algunos de los más comunes son:
- Neumonía bacteriana.
- Neumonía vírica.
- Neumonía por hongos.
- Neumonía por parásitos.
¿Cómo discurre la neumonía en ancianos?
El cómo discurre la neumonía en ancianos depende de la persona. Sin embargo, los síntomas, generalmente, suelen ser:
- Tos seca persistente.
- Mucosidad amarilla y verdosa, en ocasiones, con sangre.
- Fiebre alta.
- Dolor torácico.
- Escalofríos.
- Expectoración de flemas u otras secreciones.
Es decir, los efectos se asemejan mucho a los de la gripe. Aun así, la neumonía suele volverse más agresiva con el paso del tiempo y se presentan dolores de cabeza, de articulaciones, molestias gastrointestinales, taquicardias, cansancio y fatiga, desorientación.
Por tanto, es importante detectar tanto las causas de la enfermedad, como el lugar en el que se produce la infección, ya que la neumonía es también una de las principales causas de dependencia en personas mayores. De hecho, en muchas ocasiones se suelen atribuir los síntomas de la patología a los achaques de la edad, siendo un peligro a largo plazo, puesto que suele empeorar con el tiempo.
Causas de la neumonía en personas mayores
En primer lugar, en relación con las causas de la neumonía en personas mayores, pueden causarla varios microorganismos entre los que, tal y como hemos señalado antes, se encuentran las bacterias, los virus y los hongos:
- Entre las bacterias más frecuentes se encuentra la Streptococcus pneumoniae o Pero también, en el caso de neumonía más atípica, la bacteria más habitual es el Mycoplasma pneumoniae.
- Por su parte, el virus de la gripe también puede llegar a causar neumonía si no se trata correctamente.
- En cuanto a los hongos, el más común es el Pneumocystis jiroveci, que suele afectar a personas inmunodeprimidas.
Asimismo, entre algunos de los factores de riesgo que propician la aparición de la neumonía en personas mayores se encuentran:
- Padecer una enfermedad pulmonar crónica.
- El estilo de vida poco saludable.
- El tabaquismo.
- Las cardiopatías.
- Trastornos cerebrales como la demencia.
- Problemas en el sistema inmune.
- Un traumatismo hace poco.
- La gripe o la COVID-19.
- Tratamientos inmunosupresores o corticoides.
- La diabetes.
- Sistema inmunitario debilitado.
- Una cirugía reciente.
En otro orden de cosas, el lugar donde se produce la infección pulmonar también puede determinar qué tipo de neumonía es:
- La neumonía adquirida en la comunidad: cuando se produce un contagio en un centro de salud o centro hospitalario. Este tipo de neumonía, si se detecta a tiempo, tiene mayores facilidades de cura con el tratamiento adecuado.
- La neumonía intrahospitalaria o nosocomial: se trata de una neumonía que afecta a los pacientes que están hospitalizados por otras enfermedades y acaban contrayendo la enfermedad. Este tipo suele ser más complejo de tratar, ya que es más resistente a los medicamentos.
Por su parte, según la zona a la que afecta la neumonía en el pulmón, se puede clasificar el tipo de infección en:
- Unilateral: cuando solo afecta a uno de los pulmones.
- Bilateral: cuando repercute en ambos.
- Bronconeumonía: incide en los dos pulmones y se extiende hacia los bronquios, por tanto, es el tipo de neumonía más agresiva y peligrosa.
¿Es grave la neumonía en personas mayores?
La realidad es que la neumonía es grave en personas mayores si no se trata correctamente y si no se deja en manos de un equipo especializado. Esto se debe a que las personas con más de 80 años suelen tener menos defensas y que, con el paso del tiempo, los síntomas van a más.
En esta línea, la neumonía es la infección que más ingresos hospitalarios de personas mayores causa, según varios estudios. Más del 40% de los enfermos de neumonía, con edad superior a 65 años, acaba presentando algún tipo de complicación que obliga a su ingreso hospitalario. De hecho, entre el 21% y el 54% de los ancianos que sufren neumonía tienen el riesgo de una menor esperanza de vida.
Por otro lado, la neumonía es una de las complicaciones más frecuentes entre las personas mayores de 60 años que están hospitalizadas por otras enfermedades. Y es que, al estar acostado, se suelen presentar mayores dificultades para respirar o toser, lo que hace que el pulmón no esté bien ventilado y la mucosidad se acumule en los bronquios. Además, los ancianos suelen tener el sistema inmune más débil o pueden sufrir deshidratación, desnutrición, obesidad, entre otras patologías que inciden en la aceleración de la propagación de las baterías.
Síntomas de neumonía en adultos mayores
Los principales síntomas de neumonía en personas mayores son:
- Tos de reciente aparición: la tos suele empeorar con el paso del tiempo y se vuelve crónica.
- Expectoración o cambios en el esputo: la expectoración también aumenta y suele aparecer mucosidad que varía de color de verde a amarillo e incluso, en una fase avanzada, cuando la irritación es muy elevada, se suele expulsar sangre.
- Disnea: dificultad respiratoria o falta de aire. Es una sensación subjetiva y suele ser difícil de definir, pero en pacientes con neumonía también suele ir a más y causar malestar, incomodidad e incluso mareos al no estar recibiendo suficiente aire. La disnea es importante porque indica al equipo médico el nivel de afección pulmonar.
- Fiebre elevada: la temperatura corporal suele superar los 38 °C. También suele aparecer febrícula vespertina, pero acaba empeorando al atardecer.
- Escalofríos: sensación distérmica que suele derivar también a la sudoración nocturna.
- Dolor pleurítico: la pleuresía es una afección en la que la pleura (las dos capas grandes y delgadas de tejido que separan los pulmones de la pared torácica) se inflama. La pleuresía, que también se la conoce como pleuritis y provoca un dolor agudo en el pecho que empeora al respirar.
- Cefaleas: dolores de cabeza recurrentes que pueden ir acompañados de alteraciones de la conciencia, sobre todo, en personas mayores.
- Dolor inspiratorio y molestias al inhalar que suele afectar a cerca del 50 % de las personas mayores, lo cual incrementa la tos
- Dolores osteoarticulares, mialgias y dolor generalizado que acaban generando cansancio y fatiga en el día a día.
- Dolores torácicos provocados por la tos constante.
- Problemas gastrointestinales como vómitos y diarrea, pérdida del apetito, etc.
Rehabilitación pulmonar: Recuperación y calidad de vida tras la neumonía en personas mayores
La neumonía es una infección pulmonar que puede tener un impacto significativo en la salud y calidad de vida de las personas mayores, especialmente en aquellos que superan los 80 años. Afortunadamente, la rehabilitación pulmonar se presenta como una herramienta fundamental para recuperar la función respiratoria y mejorar la capacidad funcional en estos pacientes.
¿Por qué es importante la rehabilitación pulmonar en mayores?
La neumonía puede dejar secuelas como debilidad muscular, dificultad para respirar y fatiga crónica. La rehabilitación pulmonar, diseñada específicamente para cada paciente, busca:
- Mejorar la función pulmonar: A través de ejercicios respiratorios y físicos, se fortalece la musculatura respiratoria y se aumenta la capacidad pulmonar.
- Aumentar la tolerancia al esfuerzo: Se trabajan actividades de la vida diaria para que el paciente pueda realizarlas con mayor facilidad y autonomía.
- Reducir la disnea: Se enseñan técnicas para controlar la respiración y disminuir la sensación de falta de aire.
- Mejorar la calidad de vida: Al reducir los síntomas y aumentar la capacidad funcional, se mejora significativamente la calidad de vida del paciente y su capacidad para realizar actividades sociales y recreativas.
¿En qué consiste la rehabilitación pulmonar?
La rehabilitación pulmonar es un programa multidisciplinario que incluye:
- Educación para el paciente: Se enseña al paciente sobre su enfermedad, la importancia de los medicamentos y las técnicas de higiene respiratoria.
- Ejercicio terapéutico: Se realizan ejercicios aeróbicos, de fuerza y de resistencia, adaptados a las capacidades de cada paciente.
- Entrenamiento respiratorio: Se enseñan técnicas de respiración para mejorar la eficiencia respiratoria y controlar la disnea.
- Nutrición: Se ofrecen consejos nutricionales para mantener un peso saludable y optimizar la función pulmonar.
- Apoyo psicológico: Se brinda apoyo emocional para afrontar los cambios asociados a la enfermedad y mejorar la calidad de vida.
Beneficios de la rehabilitación pulmonar en personas mayores
Los beneficios de la rehabilitación pulmonar en mayores de 80 años son múltiples y pueden incluir:
- Disminución de las hospitalizaciones: Al mejorar la función pulmonar y reducir el riesgo de complicaciones, se disminuyen las hospitalizaciones.
- Mayor independencia: Los pacientes recuperan su autonomía y pueden realizar actividades de la vida diaria con mayor facilidad.
- Mejor calidad de vida: Se mejora la calidad de vida relacionada con la salud y se aumenta la satisfacción con la vida.
- Mayor esperanza de vida: Los estudios demuestran que la rehabilitación pulmonar puede aumentar la supervivencia en pacientes con enfermedades pulmonares crónicas.
La rehabilitación pulmonar es una herramienta esencial para mejorar la calidad de vida de las personas mayores que han sufrido una neumonía. Al fortalecer la musculatura respiratoria, aumentar la tolerancia al esfuerzo y mejorar la calidad de vida en general, la rehabilitación pulmonar contribuye a una recuperación más rápida y completa.
¿Cómo prevenir la neumonía?
Para saber cómo prevenir la neumonía en ancianos, hay que tener en cuenta los factores de riesgo anteriormente mencionados, además, los expertos aconsejan tener al día la vacunación en adultos mayores
Es muy importante que las personas mayores de 65 años o que presenten algún factor de riesgo que pueda impulsar a la aparición de la neumonía, se pongan la vacuna antineumocócica cada 5 años. Asimismo, una buena forma de prevenir riesgos es tener la pauta de vacunación completa tanto de la gripe, como de la COVID-19.
Por otro lado, la higiene es fundamental, sobre todo la higiene bucal, pues es un factor esencial para evitar la neumonía en ancianos porque cualquier infección bacteriana puede debilitar el sistema inmune y se puede extender al sistema respiratorio. Además, la higiene en los espacios es vital, ya que los hongos y las bacterias aparecen en lugares húmedos y sucios y pueden introducirse en el sistema respiratorio, derivando una neumonía grave. Desinfectar las superficies y ser meticuloso en el hogar marca la diferencia.
El estilo de vida saludable y la nutrición e hidratación adecuada también son dos pilares indispensables para prevenir la neumonía. La prevención integral va de la mano de adoptar un estilo de vida activo y saludable que se aleje del consumo de sustancias tóxicas y nocivas como puede ser el tabaco o el alcohol, ya que un sistema inmune fuerte combate los patógenos que generan infecciones respiratorias en ancianos y evitan que sufra neumonía.
De igual forma, la alimentación completa y la hidratación también son indispensables para mantener el sistema inmunitario con vigor. Tener todos los macro y micronutrientes cubiertos reduce las posibilidades de padecer esta enfermedad.
Por último, también se recomienda llevar el control de otras patologías como el asma, la diabetes, problemas cardiorrespiratorios y tener precaución con otras enfermedades como la gripe, la COVID-19, entre otras, que pueden incentivar complicaciones relacionadas con la neumonía.
Tratamientos y cuidados de personas mayores con neumonía en Amavir
En las residencias de ancianos Amavir, contamos con un equipo de expertos que trabajan con pasión y vocación y cubren todas las necesidades de las personas mayores. Desde los mínimos de prevención de neumonía mencionados en el apartado anterior, hasta el diagnóstico, tratamiento y seguimiento exhaustivo para la recuperación de la neumonía en ancianos por parte de un equipo médico.
Además, en invierno, como los mayores son sensibles a los cambios de temperatura y pueden llegar a desarrollar infecciones en las vías respiratorias, todos los centros cuentan con sistema de aclimatación y calefacción de los espacios.
Asimismo, el estilo de vida saludable, la hidratación y la nutrición completa son tres pilares que cuidamos en Amavir. De la mano de nuestro equipo de expertos y con Planes Individualizados y totalmente personalizados, nuestros mayores practican actividad física con rutinas de envejecimiento activo adaptadas a sus posibilidades.
Por su parte, el tratamiento de la enfermedad se realiza a través de antibióticos. Si nuestros mayores perciben síntomas como dificultad respiratoria o fiebre, les recomendamos acudir a una revisión con un especialista para que administre el tratamiento correspondiente. En la medida de lo posible, es importante prevenir la neumonía siguiendo las recomendaciones de vacunación y hábitos saludables en los mayores. Cuando el mayor padece la enfermedad, es importante que continúe el tratamiento y, además, acuda a revisiones para garantizar el buen efecto de los fármacos sobre el organismo.