El dolor de rodilla es una afección muy común entre las personas mayores. Esta dolencia, a la que se conoce como gonalgia, puede manifestarse en diferentes grados: desde molestias leves hasta dolores que incapacitan a la persona. En este artículo, abordaremos qué es la gonalgia, sus causas, principales síntomas y tratamientos disponibles.
¿Qué es la gonalgia?
La gonalgia es el término médico empleado para hacer referencia a cualquier dolor en la rodilla. Se trata de una condición que, generalmente, aparece con la edad como consecuencia del desgaste de las estructuras de esta articulación, pudiendo afectar a una o ambas rodillas.
Esta afección puede manifestarse de manera aguda, con dolor intenso y repentino, o crónica, caracterizándose por molestias persistentes que afectan el día a día. En ambos casos, incide negativamente en la movilidad y funcionalidad de la rodilla, dificultando actividades cotidianas como caminar, subir escaleras o permanecer de pie durante largos periodos.
Por lo tanto, la gonalgia no solo afecta físicamente, sino que también puede comprometer la calidad de vida de quienes la padecen, generando limitaciones en su rutina y, en ocasiones, afectaciones psicológicas debido a la reducción de la independencia.
Principales síntomas de la gonalgia
La gonalgia presenta una serie de síntomas que varían según la persona y la causa de su aparición. No obstante, estos son los más comunes:
- Dolor en la rodilla constante o intermitente.
- Hinchazón por la acumulación de líquido y sensación de calor en la zona.
- Sensibilidad al tacto o al movimiento. Es posible sentir dolor al presionar la rodilla o realizar actividad física.
- Rigidez y dificultad para mover la rodilla.
- Crujidos y sonidos crepitantes al mover o flexionar la articulación.
- Sensación de inestabilidad
Causas más comunes de la gonalgia en personas mayores
La gonalgia puede estar originada por múltiples factores, sin embargo, algunas de las causas más comunes de son:
- Lesiones en la rodilla. Esguinces, desgarros de ligamentos o meniscos y contusiones causadas por accidentes o deportes, que generan dolor, inflamación e inestabilidad.
- Artritis. Inflamación de las articulaciones, como la osteoartritis o la artritis reumatoide, que provoca dolor, rigidez y pérdida de movilidad.
- Inflamación de las bursas que actúan como amortiguadores, generalmente causada por sobrecarga repetitiva o lesiones directas.
- Inflamación de los tendones que se encuentran alrededor de la rodilla.
- Enfermedades sistémicas. Trastornos como la gota, la sinovitis o los quistes de baker pueden causar gonalgia.
- Un uso excesivo o repetitivo de la rodilla en actividades físicas intensas o prolongadas puede dañar esta articulación y dar lugar a la gonalgia.
- Infecciones en la rodilla. Aunque es menos común, las infecciones bacterianas en la articulación, originadas por heridas o cirugías, pueden causar dolor.
- Fracturas. Rotura de los huesos de la rodilla debido a traumatismos o accidentes, que provoca dolor intenso, hinchazón y dificultad para mover la articulación.
- Problemas estructurales, como la condromalacia rotuliana o la displasia de la rótula.
Tratamientos para la gonalgia
Para los casos de dolor leve, el tratamiento es sencillo y se recomienda reposo, aplicación de hielo en la articulación, mantener la rodilla elevada para reducir la inflamación y, si fuera necesario, la toma de analgésicos como paracetamol o ibuprofeno.
Por su parte, en aquellos casos en los que la afección presenta una mayor gravedad, existen diferentes opciones de tratamiento que dependen de la causa subyacente:
- Reposo y fisioterapia: Las diferentes técnicas de fisioterapia para mayores y la realización de determinados ejercicios y contracciones musculares pueden ser suficientes para mitigar el dolor, aunque este sea agudo. En este sentido, acudir a nuestra unidad especializada en rehabilitación para personas mayores Amavir puede proporcionar un enfoque personalizado y eficaz para el tratamiento del dolor.
- Medicamentos: Algunos antiinflamatorios y analgésicos pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir la inflamación de la rodilla.
- Infiltraciones: En algunos casos, los especialistas consideran la opción de inyectar sustancias directamente en la articulación. Dentro de las opciones disponibles, se encuentran los corticosteroides, el ácido hialurónico para lubricar las estructuras de la rodilla, o el plasma rico en plaquetas.
- Cirugía: Si ninguno de los tratamientos anteriores es efectivo, la cirugía puede ser necesaria. Existen diversas opciones quirúrgicas, como la cirugía artroscopia para reparar el cartílago dañado o construir ligamentos, el reemplazo total o parcial de la rodilla, la osteotomía para una mejor alineación de la articulación y la limpieza del cartílago, entre otros.
Cómo prevenir la gonalgia
Prevenir la gonalgia es posible y, para ello, se recomienda mantener un peso saludable, ya que el exceso de peso aumenta la presión sobre las rodillas y acelera el desgaste articular. Realizar actividades físicas de forma moderada también es clave, evitando entrenamientos excesivos o el uso de técnicas incorrectas que puedan dañar la articulación. Asimismo, contar con una buena pisada y utilizar un calzado adecuado, que ofrezca soporte y amortiguación, ayuda a reducir el impacto sobre la rodilla durante actividades cotidianas.
Es importante evitar permanecer muchas horas de pie o sentado en la misma posición, ya que esto puede generar rigidez y sobrecarga en las estructuras de la rodilla. Incorporar ejercicios de fortalecimiento muscular en la rutina es fundamental para brindar mayor soporte a la articulación, mejorando su estabilidad y reduciendo el riesgo de lesiones. Por último, mantener una buena postura al caminar, sentarse o realizar esfuerzos físicos contribuye a distribuir correctamente las cargas sobre las rodillas, evitando tensiones innecesarias.
En definitiva, para prevenir la gonalgia es fundamental no sobrecargar la rodilla, evitar una presión excesiva y mantener un envejecimiento activo.
Ejercicios recomendados para fortalecer las rodillas
Incluir ejercicios específicos en la rutina de entrenamiento ayuda a fortalecer las rodillas y prevenir lesiones. Estos son algunos de los ejercicios recomendados por expertos en fisioterapia:
- Elevaciones de pierna recta. Este ejercicio fortalece el cuádriceps sin ejercer presión sobre la articulación de la rodilla, siendo ideal para mejorar la estabilidad y prevenir molestias articulares. Para realizarlo, basta con tumbarse boca arriba, extender una pierna mientras la otra permanece doblada, y elevar la pierna recta unos centímetros del suelo, manteniendo el movimiento lento y controlado.
- Extensiones de rodilla en silla. Las extensiones de rodilla en silla son perfectas para trabajar la fuerza del muslo en una posición cómoda y segura. Sentado en una silla con los pies apoyados en el suelo, se eleva una pierna hasta que quede recta frente al cuerpo, se mantiene unos segundos y se baja lentamente, reforzando así los músculos y la articulación de la rodilla.
- Mini sentadillas. Este ejercicio consiste en realizar pequeños descensos controlados sin llegar a una sentadilla profunda, enfocándose en fortalecer los músculos de las piernas mientras se protege la articulación de la rodilla. Es fundamental mantener la espalda recta y los pies firmes en el suelo para evitar lesiones y garantizar una ejecución adecuada.
- Puntas de pie. Las puntas de pie son un ejercicio sencillo, pero efectivo, que fortalece las pantorrillas y mejora la estabilidad general. Se realiza de pie, elevando lentamente los talones para quedar apoyado solo en la parte delantera de los pies, y luego volviendo a la posición inicial de manera controlada.
- Deslizamientos de talón. Este ejercicio trabaja los isquiotibiales, fundamentales para la estabilidad de la rodilla, al deslizar el talón suavemente hacia el glúteo mientras se está tumbado o sentado. El movimiento debe ser lento y controlado, permitiendo que los músculos trabajen sin forzar la articulación.
- Marcha en el sitio. La marcha en el sitio es una actividad simple y accesible que ayuda a mejorar la movilidad y a fortalecer los músculos de soporte de las piernas. Consiste en levantar las rodillas alternadamente mientras se está de pie o sentado, manteniendo un ritmo constante y cuidando la postura para evitar tensiones innecesarias.
- Ejercicios de equilibrio. El equilibrio es clave para mantener la estabilidad de las rodillas y prevenir lesiones. Algunas opciones de ejercicios de equilibrio incluyen estar de pie sobre una pierna durante unos segundos, caminar sobre una línea recta en el suelo o usar un cojín de equilibrio.
En conclusión, aunque la gonalgia es una condición común en las personas mayores, existen diversas estrategias para aliviar sus síntomas y prevenir su aparición. Con los cuidados apropiados, es posible recuperar la funcionalidad de la rodilla y seguir disfrutando de una vida activa y sin dolor.