Las habitaciones de residencias de ancianos juegan un papel crucial en la calidad de vida de los mayores que ingresan a estos centros. Elegir el tipo de estancia adecuado no solo garantiza el confort y la privacidad, sino que también influye en la salud y el bienestar emocional del residente. Ya sea que se opte por una habitación individual para mayor intimidad, una habitación compartida para fomentar la socialización, o un espacio especialmente adaptado para cuidados paliativos, cada opción tiene sus ventajas.
En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de habitaciones disponibles en residencias de ancianos, sus beneficios y cómo elegir la mejor opción según las necesidades específicas de cada persona.
Los tres tipos de habitaciones de residencias de ancianos
Al llegar a una residencia, los usuarios tienen la posibilidad de elegir el tipo de estancia que desean: pueden vivir en una habitación individual o convivir con otra persona en una habitación doble compartida.
Qué tipo de habitación escoger supone una decisión importante que, en la mayoría de los casos, está condicionada por la capacidad económica de las familias y de los propios individuos.
No obstante, cada tipo de habitación presenta sus propias características y beneficios. También pueden existir diferentes estancias para asistir a mayores que padecen patologías concretas o que presentan dificultades de movilidad. Independientemente del tipo de estancia elegida, el adulto mayor podrá disfrutar de todos los servicios del centro, gozará de su propio espacio de intimidad y descanso y podrá compartir las demás estancias con el resto de residentes.
En este sentido, es importante conocer qué son las unidades de convivencia en las residencias de mayores. Una unidad de convivencia es una modalidad de atención que pretende acercar al mayor la calidad del hogar propio cuando llega a una residencia. Se trata de un espacio aislado y abierto al mismo tiempo, en el que se fortalecen las relaciones sociales entre grupos reducidos y flexibles. Su pilar central es la personalización de la atención profesional.
Habitación compartida
Las habitaciones dobles compartidas suelen ser espacios amplios que albergan a dos residentes. Cuentan con camas separadas y baño privado. Así, disponen de espacio suficiente para que ambos convivan cómodamente.
Este tipo de estancia suele ser la más económica y la más adecuada para aquellos que deseen estar acompañados la mayor parte del tiempo posible. Las habitaciones compartidas permiten forjar relaciones muy especiales de amistad entre las personas convivientes. También son idóneas para matrimonios.
Habitación individual
La habitación individual suele ser la opción elegida para las personas que prefieren tener más intimidad, independencia y privacidad. Este tipo de estancia es la más demandada en las residencias de mayores. También cuentan con baño propio y, generalmente, con una cama regulable para ayudar al mayor a levantarse y entrar en ella de la manera más cómoda y óptima posible.
Habitación para cuidados paliativos
También podemos encontrar habitaciones especiales, como aquellas destinadas a cuidados paliativos. Estos espacios están totalmente equipados para proporcionar cuidados específicos, así como una mayor supervisión de enfermería y medicina durante un tiempo determinado.
En este tipo de estancias, se permite un horario de visitas más flexible, dejando la posibilidad de que el familiar pueda quedarse con el residente para que se sienta acompañado de sus seres queridos.
Este tipo de habitaciones también son especialmente adecuadas para situaciones en las que sea necesario el aislamiento. Deben contar con accesos independientes y con zonas de enfermería completamente separadas, facilitando la atención y la supervisión médica.
¿Cómo elegir el tipo de habitación en una residencia de ancianos?
La decisión sobre qué tipo de habitación elegir en la residencia de mayores dependerá de las necesidades y preferencias del adulto mayor y de sus familiares. Es fundamental realizar una fase previa de investigación, realizando consultas y solicitando información en los centros en los que se quiere ingresar, para que nos proporcionen consejos y guías sobre cómo serán los cuidados que ofrecen dichos centros y el personal que en ellos trabaja.
Asimismo, se aconseja tener en cuenta los siguientes elementos en la elección del tipo de habitación del centro residencial:
- Independencia. Si nuestro mayor necesita un tipo de asistencia moderada en las tareas diarias, quizás una habitación asistida con cuidados específicos podría ser la mejor opción. Si, por el contrario, la persona es capaz de realizar las tareas diarias por sí misma, una habitación privada puede ajustarse como la mejor opción.
- Necesidades médicas. A la hora de elegir el tipo de habitación y de estancia en la residencia también deberemos tener en cuenta si nuestro familiar tiene necesidades médicas específicas. Así, se podrá elegir una estancia a largo plazo o una habitación de cuidado intensivo.
- Preferencias personales. También es un factor relevante en la elección el hecho de que el individuo desee una vida más sociable con los demás, por lo que podrá elegir una habitación compartida, o si por el contrario prefiere un mayor grado de intimidad y privacidad, para decantarse en este último caso por una habitación privada.
Igualmente importante es conocer el modelo de asistencia y de atención de los centros. Aquellos que ofrecen un Plan de Atención Individualizada son capaces de adaptar el proyecto asistencial y los cuidados a los requerimientos y cambios que puedan producirse en el estado de salud del adulto mayor. Asimismo, este plan incluye una propuesta de intervención individualizada adaptada a cada usuario en función de la valoración geriátrica integral realizada por los profesionales de la residencia.
Del mismo modo, los familiares podrán conocer las características del centro y el nivel de uso de sujeciones, y así decantarse por el que mejor se adapte a sus preferencias. Desde hace años, Amavir ha puesto en marcha un proyecto de eliminación de sujeciones y de uso racional de barandillas para mejorar la calidad de vida de los residentes, puesto que el uso de contenciones, a diferencia de lo que se creía en el modelo de atención que se ha venido implementando años atrás, puede generar más dolor y ocasionar graves problemas y complicaciones a nivel físico y anímico.
Beneficios de compartir habitación en residencias de mayores
A la hora de elegir el tipo de estancia, resulta conveniente resaltar cuáles son los beneficios de compartir habitación en residencias de mayores:
- Espacio. Las habitaciones dobles suelen contar con el mobiliario indispensable para los dos residentes y con espacios amplios para que cada uno cuente con su propia zona de descanso e intimidad. Además, pueden adaptarse a personas con movilidad reducida, tanto en la propia habitación como en el baño propio de que disponen.
- Vida matrimonial. Este tipo de estancias son muy demandadas por matrimonios que deciden residir juntos en una residencia de mayores. Estas habitaciones ofrecen continuidad a la vida matrimonial de la pareja. Esta estancia favorece el sentimiento de hogar. Además, el ingreso conjunto de parejas que llevan tantos años juntos favorece que ambos conserven sus rutinas y que se sientan como en casa en todo momento. En caso de que uno de los cónyuges presente un grado especial de dependencia, el equipo profesional podrá encargarse de sus cuidados y de su atención en momentos puntuales, mientras el otro cónyuge se puede sentir más liberado y puede disfrutar de su tiempo libre y de su relación de pareja.
- Integración. Cuando una persona mayor se incorpora a la residencia con deterioro cognitivo leve, convivir con un compañero o compañera de habitación puede crear un espacio que fomenta la interacción social y la comunicación. Además, la convivencia y el hecho de compartir espacio pueden contribuir a un óptimo desarrollo de las capacidades del adulto mayor, a ayudarse mutuamente y a que la calidad de vida de ambos mejore a lo largo de su estancia.
- Evitar la soledad no deseada. Asimismo, vivir en una habitación compartida ayuda a prevenir el sentimiento de soledad no deseada durante la tercera edad. El grupo de convivencia y la participación en talleres y actividades con otros usuarios permite crear nuevos lazos y amistades que impulsan las relaciones sociales dentro de estas nuevas “comunidades” y que mejoran la autoestima y el bienestar emocional de todos.
Conclusión final
En definitiva, elegir la habitación adecuada en una residencia de ancianos es una decisión fundamental para asegurar el bienestar y la comodidad del adulto mayor. Tomarse el tiempo para investigar las opciones, considerar las necesidades médicas y las preferencias personales, y optar por un centro con un enfoque individualizado puede marcar una gran diferencia en la experiencia de vida del residente. Si estás considerando esta opción para un ser querido, no dudes en contactar con nosotros para recibir información y orientación personalizada. Nuestro equipo estará encantado de ayudarte a tomar la mejor decisión para el bienestar de tu familiar.