Admiración, orgullo, agradecimiento y humanidad son algunas de las palabras que más se han repetido entre los protagonistas de los vídeos de #EsTiempoDeUnión de esta semana. Las emociones vividas durante estos meses quedan plasmadas en sus relatos, que son fiel reflejo de cómo ha afectado esta pandemia a la sociedad.
“Admiro a mis compañeros”
La trabajadora social Cristina Martínez llevaba poco tiempo trabajando en la residencia de Amavir Alcorcón, pero el confinamiento hizo que la relación con sus compañeros se volviese más próxima. “Estoy muy orgullosa de haber vivido esta situación con todos ellos”.
Para ella han sido unos campeones. “Admiro el trabajo que han hecho, la voluntad y cómo han afrontado toda la situación”. La tranquilidad y la profesionalidad han sido la base de su trabajo. “Para mí lo único bueno que ha tenido esto ha sido vivirlo con el equipo del centro”.
“Gracias infinitas a todos”
Los agradecimientos de Nieves Camps, familiar de residente en Amavir Horta, se quedan cortos. “Hemos valorado mucho la posibilidad de hacerles un buen regalo a los trabajadores del centro, pero realmente creemos que el mejor regalo que les podemos hacer dada la situación es agradecerles infinitamente que se hayan expuesto a esto y hayan estado trabajando de manera tan altruista”.
Nieves sabe que ha habido momentos complicados con la falta de personal pero no se cansa de agradecer infinitamente a todos los trabajadores. “Gracias infinitas a todos, del primero al último”.
“Creo que la gente ha sido muy humana”
“Han demostrado que no son solo auténticos profesionales, sino que son verdaderas personas humanas”, así de rotunda se muestra Lidia Sánchez, directora de Amavir Alcorcón, cuando habla de todos los trabajadores del centro.
Aunque en la residencia todos tienen sus funciones muy delimitadas suelen trabajar bastante en equipo para que el trabajo salga adelante. En esta situación extraordinaria Lidia siente que “lo que hemos hecho iba más allá de lo que era nuestro trabajo. Daba igual el puesto que se tuviera, todos hemos ido más allá de nuestras funciones”.
No le gusta la palabra héroes, pero lo que sí afirma es que “la gente ha sacado de dentro algo muy importante que es la humanidad. Solo por el hecho de venir a trabajar en estos momentos tan difíciles, arriesgando su vida y teniendo que desarrollar funciones que jamás ninguno pensamos que tuviéramos que hacer”.
“Los dos dimos positivo”
En esta ocasión Rafael Pagolas y Claudia Ameijeiras, médicos de Amavir Arganzuela cuentan como los dos dieron positivo al poco de empezar el confinamiento. “Nos fuimos a casa muy preocupados. Yo no tuve fiebre, pero si me encontré muy cansado y lo he llevado verdaderamente mal. A los 20 días, cuando di negativo, ya no podía estar más en casa y me vine a trabajar”, afirma Rafael.
Claudia tampoco lo pasó mal físicamente, pero la parte emocional y psicológica fue peor de lo esperado. “Emocionalmente no estuve bien. Quería estar aquí ya que me sentía bien a nivel físico y, además, sentía la responsabilidad de tener que ayudar porque sabíamos que hacíamos muchísima falta. Por otro lado, también sentía mucho miedo porque tengo 3 niños y sentía que los podía contagiar”.
“Enorgullece tener este equipo tan profesional y tan humano”
En el momento en el que empieza esta pandemia, Julian Henao, auxiliar de enfermería en Amavir La Marina (San Sebastián de los Reyes, Madrid) afirma que todos trabajaron como una piña para que los residentes estuvieran bien y sacarlos adelante.
Después de un tiempo y mirando con perspectiva, se queda sin palabras para describir a sus compañeros. “La verdad es que todos estuvimos comprometidos al cien por cien y me enorgullece pertenecer a un equipo profesional y humano como este”.