Si quieres saber cuáles son las principales causas de los trastornos del sueño en personas mayores, en este artículo te contamos todo lo que necesitas saber. ¡Sigue leyendo para no perder detalle!
En la tercera edad es común sufrir algún trastorno del sueño, detectando mucho sueño en personas mayores, o demasiado poco. A pesar de la creencia popular de que gran parte de las personas mayores duermen menos que los niños y los adultos, lo cierto es que cada vez son más los adultos mayores que padecen hipersomnia (patología de exceso de sueño diurno y nocturno).
Diversas investigaciones europeas han señalado que las personas que duermen poco (unas 5 horas) y las que duermen mucho (de 9 horas en adelante) sufren más disfunciones cognitivas que el resto de la población con un horario de sueño de entre 7 y 8 horas.
Además, la Sociedad Europea de Cardiología advirtió hace unos años que el exceso de sueño en ancianos puede ser un indicio de la existencia de enfermedades cardiovasculares graves.
Cambios en el sueño por el envejecimiento
Según pasan los años, la arquitectura del sueño se va modificando y ello afecta a la calidad del sueño de la tercera edad. En ocasiones este es muy ligero y en otras es muy profundo. Sea el caso que sea, es importante conocer y apuntar a la raíz del problema de forma directa. Generalmente, los problemas del sueño se deben a un cúmulo de factores, entre los que se encuentran:
- Trastornos respiratorios. Muchas personas mayores sufren apneas del sueño, un proceso en el que la respiración se interrumpe mientras el individuo está durmiendo.
- Síndrome de piernas inquietas. Los dolores óseos provocan que los ancianos se sientan incómodos mientras duermen, lo que los lleva a cambiar de postura constantemente en la cama, manteniendo una actividad que les impide descansar de forma correcta.
- Insomnio. Muy común en la tercera edad. Se afirma que el 40 % de la población de tercera edad sufre insomnio. En algunos casos puede deberse a la baja actividad de la persona o a determinados fármacos.
- Problemas cardiovasculares o síndrome de fase adelantada de sueño. También muy común, sobre todo, en aquellos ancianos que se acuestan muy temprano y se levantan al amanecer.
- Parasomnia. Trastornos de la conducta durante el sueño. Son frecuentes en mayores con Parkinson. Durante los momentos de sueño, las personas realizan movimientos bruscos y no naturales que les hacen no conciliar el sueño correctamente.
Tipos de trastornos del sueño en personas mayores: La hipersomnia
De este modo, la hipersomnia es muy común en la población de edad avanzada. Pero, ¿Qué es la hipersomnia? La Real Academia de la Lengua especifica que es una patología caracterizada por un exceso de sueño diurno y nocturno, que llega a invadir la actividad de la vigilia. A nivel mundial, la hipersomnia presenta un nivel de incidencia que puede variar entre el 0,5 % y el 5 %.
También se denomina somnolencia en ancianos y para ser considerada una patología, los síntomas deben presentarse con una periodicidad superior a un mes. Los mayores con hipersomnia presentan un estado de cansancio constante durante todo el día, aun después de tomar una o varias siestas. Esto puede provocar limitaciones funcionales, disminuyendo su rendimiento intelectual y aumentando el riesgo de caídas o accidentes.
Aunque en la actualidad se pueden diagnosticar múltiples trastornos del sueño en personas mayores, principalmente existen tres tipos de somnolencia en ancianos:
- Hipersomnia recurrente o primaria. Caracterizada por episodios de somnolencia diurna y sueño excesivo durante un mes. Puede producir ansiedad, irritabilidad, falta de energía, pérdidas de memoria, dificultades para memorizar y pensamientos lentos.
- Hipersomnia idiopática con sueño reducido. La falta de sueño o su insuficiencia es la causa más común de hipersomnia. Suele ocurrir cuando el adulto mayor ha dormido 5 horas o menos durante la noche, en un período prolongado de varios meses. Esta patología provoca que las personas que lo padecen tengan muchas dificultades para levantarse por las mañanas, y que experimenten episodios de somnolencia brusca durante el día. Es importante recordar que los adultos requieren una media de 7 u 8 horas de descanso y sueño reparador al día.
- Hipersomnia idiopática con sueño nocturno prolongado. Los pacientes con hipersomnia idiopática presentan una gran dificultad para mantenerse despiertos. En la gran mayoría de casos no presentan problemas para conciliar el sueño, pues este es continuo, aunque no reparador. Pueden tener siestas durante el día que no alivian la hipersomnia, incluso alcanzando las 14 horas diarias. Todo ello puede ocasiones ansiedad, inapetencia, irritabilidad, baja energía y pensamientos o discursos lentos.
En este apartado también es importante destacar el síndrome de Kleine-Levin, un trastorno infrecuente que cursa con hipersomnia periódica o recurrente y que suele aparecer en adolescentes, con un ligero predominio en varones. Los episodios recurrentes de hipersomnia se acompañan de hiperfagia, agresividad e hipersexualidad y duran días o semanas separadas por intervalos de semanas o meses. Durante los períodos sintomáticos, los individuos pueden dormir hasta 18 horas al día y están confusos e irritables el resto del tiempo.
Principales síntomas de somnolencia
Además de la somnolencia prolongada o excesiva durante las horas del día como síntoma principal, esta patología puede provocar diversas consecuencias en la rutina diaria de las personas mayores. En este apartado detallamos cuáles son los principales síntomas de hipersomnia en personas mayores:
- Fatiga y cansancio recurrentes. Los pacientes con hipersomnia no solo se sienten cansados constantemente y con sueño, sino que son capaces de dormirse en cualquier sitio, sin importar dónde o qué momento del día sea.
- Habilidades cognitivas. La hipersomnia puede provocar limitaciones funcionales en el individuo y disminuir su rendimiento intelectual.
- Mal humor. Sentir cansancio constantemente y a diario puede causar frustración y mal humor, perjudicando sobre todo a los familiares, amigos y compañeros con los que más tiempo pasamos en el día a día.
- Desorientación. Especialmente en la tercera edad, la somnolencia excesiva puede causar en ancianos desorientación y pequeños episodios de confusiones o delirios mentales.
- Pérdida de concentración. A esta patología también suele asociarse una pérdida de concentración a la hora de hablar o realizar actividades rutinarias o de la vida diaria.
- Falta de coordinación. La hipersomnia también puede conllevar que el adulto mayor protagonice falta de coordinación en sus movimientos.
Efectos del sueño en las personas mayores
Los trastornos del sueño en personas mayores pueden tener un impacto significativo en su salud y bienestar general. La falta de sueño reparador puede debilitar el sistema inmunológico, aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, y contribuir al deterioro cognitivo y la depresión.
Por otra parte, los problemas de sueño pueden afectar el estado de ánimo, la energía y la capacidad para realizar actividades diarias, lo que disminuye la calidad de vida de los mayores. Por ello, es crucial abordar cualquier trastorno del sueño de manera oportuna y adecuada para garantizar un envejecimiento saludable y pleno.
Tratamientos farmacológicos para trastornos del sueño en personas mayores
Los trastornos del sueño en personas mayores pueden ser tratados con diversas opciones farmacológicas, siempre bajo la supervisión de un médico especialista. Los medicamentos para el insomnio, como las benzodiacepinas o los «Z drugs», pueden ser recetados en casos específicos y por períodos cortos, debido a sus posibles efectos secundarios y riesgo de dependencia.
Para la hipersomnia, se pueden utilizar estimulantes como el modafinilo. Es crucial que el médico evalúe cuidadosamente la historia clínica del paciente, incluyendo otras condiciones médicas y medicamentos que esté tomando, para determinar el tratamiento farmacológico más adecuado y seguro.
Técnicas para ayudar a una persona mayor con somnolencia
Para tratar la hipersomnia es primordial acudir a un especialista o profesional médico para encontrar y tratar la causa. Esta situación puede producirse porque el adulto mayor no logre descansar correctamente por privación del sueño nocturno, por padecer una enfermedad degenerativa o por tomar un fármaco o tratamiento específico.
En todo caso, si se trata de somnolencia fruto de un descanso insuficiente, podemos aplicar una serie de técnicas para ayudar a una persona mayor con somnolencia.
- Incrementar la actividad física diurna, con caminatas o paseos largos (evitando las horas centrales del día en períodos muy calurosos), natación u otros deportes de bajo impacto.
- Establecer y respetar un horario fijo y repetirlo todos los días para que el individuo se acostumbre a una rutina determinada, procurando dormir 8 horas diarias.
- Evitar comer de manera abundante o beber mucho líquido por la noche justo antes de dormir. Es importante que pasen 2 horas entre la cena y la hora de acostarse. Del mismo modo, es importante evitar el alcohol y la cafeína.
- No utilizar el móvil antes de dormir ni dispositivos digitales que aumenten y estimulen a la persona mayor.
- Realizar ejercicios de respiración diafragmática que ayuden a la persona a relajarse y a conciliar el sueño con más facilidad.
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