La definición de reminiscencia según la Real Academia Española (RAE) es la acción de representarse u ofrecerse a la memoria el recuerdo de algo que pasó. En varias residencias de Amavir han creado una habitación para el recuerdo. En ella, los residentes y profesionales de los equipos técnicos, principalmente psicología y terapia ocupacional, trabajan a través de sesiones de reminiscencia, lo que facilita la evocación de los recuerdos de las personas mayores.
¿Cómo funciona una sala de reminiscencia?
Las terapias de reminiscencia son una de las terapias no farmacológicas más utilizada en los centros de atención a personas mayores. Para llevar a cabo las sesiones es fundamental la introducción de estímulos desencadenantes que sirvan de ayuda al recuerdo. Es una técnica muy beneficiosa para atender a personas con Alzheimer y otras demencias, ya que tienen dificultades para recordar.
Patricia Matía, terapeuta ocupacional de Amavir Villaverde, cuenta que en el centro se utiliza el modelo basado en la persona. “Para ello una de las técnicas que utilizamos son las sesiones de reminiscencia. En estas sesiones pretendemos la evocación de los recuerdos, es decir, favorecer la memoria autobiográfica. Estimulamos la memoria, la atención o el lenguaje y para ello utilizamos distintos materiales: recursos visuales como revistas o fotografías”.
Estos desencadenantes pueden ser genéricos, reflejando experiencias comunes en la vida de las personas relevantes a su grupo de edad, como por ejemplo un teléfono antiguo o una cocina de la época, o específicos, con estímulos relacionados con las propias experiencias de la persona (una foto en concreto de su juventud).
Trabajo para las personas con deterioro cognitivo
Esta terapia tiene especial relevancia para las personas con algún tipo de deterioro cognitivo ya que se adapta a sus problemas de memoria. Generalmente se tienen dificultades para recordar eventos recientes, pero es más fácil revivir momentos de la vida pasada, especialmente de la niñez y la primera etapa de la vida adulta.
Eva Millán, psicóloga de Amavir Villaverde, afirma que “a través del recuerdo fomentamos el lenguaje o la orientación. Nos viene muy bien para trabajar con gente que tenga algún tipo de deterioro intelectual”.
Buenos resultados de la terapia de reminiscencia
La decoración de las salas acondicionadas para realizar estas sesiones es, sin duda, un gran apoyo para el éxito de esta terapia. De esta forma, los residentes se envuelven de la atmósfera de la época y les ayuda a entrar de lleno en el ejercicio. Los efectos a corto y medio plazo son muy positivos sobre todo en su cognición, comunicación y estado de ánimo.
Así son los recuerdos: conmueven pero a la vez alegran.